mascarillas caseras


Hace algún tiempo publicamos en el blog un artículo sobre cómo conseguir una piel más joven y libre de fatiga. Tocamos entonces el tema de los beneficios de las mascarillas caseras y os prometimos ampliar la información. Y dicho y hecho, nuestro post de hoy trata de eso, de mascarillas caseras.

El uso de las mascarillas con ingredientes naturales remontan a más de 2000 años de antigüedad y en su elaboración se usaba cera, miel, huevos, harina de cebada, polvo de iris, y otros productos similares. Hoy en día la cosmética natural ha vuelto a poner de moda las mascarillas caseras ya que son económicas, aportan gran cantidad de nutrientes a la piel y resultan menos agresivas que algunos cosméticos.

Hay que tener en cuenta que a la hora de elaborar nuestra mascarilla deberemos conocer nuestro tipo de piel así como los resultados que queremos conseguir. Hay mascarillas que sirven para combatir los signos de fatiga y estrés en la piel, mientras que otras son muy útiles para prevenir las arrugas prematuras o devolver la luminosidad a tu rostro.

Dependiendo de su textura o consistencia las mascarillas pueden ser cremosas, cuya función es hidratar y nutrir la piel en profundidad; mascarillas de textura granular, como las de arcilla, que van muy bien para desincrustar impurezas de los poros y absorber el exceso de grasa, y por último las mascarillas plásticas. Éstas últimas tienen una textura gelatinosa, pero al secarse sobre el cutis se adhieren a él como si fuesen una segunda piel. Resultan ideales en pieles que precisen de una exfoliación superficial, puesto que al retirarse, arrastran las células muertas que se depositan en la superficie de la tez, dejándola visiblemente más lisa, con una tonalidad más uniforme y con un aspecto luminoso.

¿Cómo aplicar las mascarillas caseras?

Tan importante como saber elaborar tus propias mascarillas es aplicarlas correctamente para que surtan efecto.

  1. En primer lugar, antes de extender la mascarilla sobre tu rostro, asegúrate de que tu piel esté perfectamente limpia. Para ello puedes usar tu leche limpiadora o gel facial habitual. Limpia en profundidad tu epidermis y retira el producto con unas esponjitas y agua tibia. Luego aplica el tónico.
  2. Una vez hecho ésto, deberás aplicarte la mascarilla con la ayuda de un pincel grueso sobre tu cara y cuello.
  3. La forma de extender el producto es siempre mediante movimientos ascendentes hacia arriba y después desde el centro hacia los laterales. En la zona del cuello debe aplicarse desde el centro en dirección al lóbulo de la oreja. Evita la zona de los ojos, las orejas y los labios.
  4. Si lo deseas, puedes ponerte en los ojos unas gotas de colirio o unas rodajas de patata ya que tienen efecto antiinflamatorio.
  5. Deja actuar la mascarilla un tiempo aproximado de 20-30 minutos y retírala suavemente con una esponja y agua tibia, sin friccionar y hasta que tu cara esté completamente limpia.
  6. Notarás tu piel mucho más suave y luminosa. Es el momento de aplicarte tu hidratante habitual o bien una crema reafirmante.

Mascarillas según tu tipo de piel

a) Mascarillas caseras para pieles normales o mixtas

Mascarilla de papaya:

Mezclar en un recipiente media tacita de papaya troceada, media tazita de piña troceada y una cucharada de miel. Aplastar todos los ingredientes hasta formar un puré con el que embadurnaremos nuestro rostro. Dejamos actuar 20 minutos y enjuagamos con abundante agua tibia. Tu piel quedará tersa y brillante.

Mascarilla de pera:

Mezcla un cuarto de pera deshuesada con un poquito de yogurt y una cucharadita de fécula de maíz. Continúa removiendo hasta formar una pasta homogénea. Extiende la mascarilla sobre tu rostro y cuello y deja que actúe 20 minutos. Luego retírala con abundante agua fría.

Mascarilla de linaza:

En un cazo pequeño pon media tacita de agua a hervir. Una vez que hierva, agrega 2 cucharadas de semilla de linaza y deja cocer a fuego lento hasta que se evapore la mitad del agua y quede una pasta viscosa. Deja que se entibie y aplícate esta pasta sobre tu rostro y cuello. Retírala después de 15 minutos con agua tibia. Esta mascarilla aporta firmeza y elasticidad a la piel.

Mascarilla de miel:

Mezcla en un bol: tres cucharadas de yogurt, una cucharadita de miel y una cucharadita de fécula de maíz. Extiende una fina capa sobre rostro y cuello dejando que actúe unos 15 minutos. Luego retírala con agua fría. Esta mascarilla casera sirve para limpiar impurezas superficiales y para suavizar la piel.

Mascarilla de germen de trigo:

Mezcla en un bol una cucharada de leche, 2 cucharadas de miel y 2 cucharadas de germen de trigo. Extiende este preparado sobre tu rostro y deja que actúe durante 15 minutos. Luego retírala con agua fría. Esta mascarilla contiene muchos nutrientes beneficiosos para la piel como vitamina A, E, lecitina y aceites esenciales.

Mascarilla de cebada:

Mezcla en un recipiente hondo 2 cucharadas de cebada cocida, 4 cucharadas de yogurt y una cucharadita de fécula de maíz. Aplica esta pasta sobre rostro y cuello y deja que actúe unos 30 minutos. Luego retírala con agua fresca. Esta mascarilla aporta firmeza y suavidad al cutis.

Mascarilla de durazno:

Deberás mezclar la pulpa de un durazno deshuesado con 4 cucharadas de yogurt y una cucharadita de fécula de maíz. Remueve hasta formar una pasta homogénea y déjala actuar sobre tu cuello y rostro durante unos 15 minutos. La piel apagada recuperará su luminosidad natural con esta mascarilla.

b) Mascarillas caseras para pieles secas

Mascarilla de aguacate y vitamina E:

Mezcla la pulpa de medio aguacate con 2 cucharadas de aceite de almendras y 2 cápsulas de vitamina E. Aplícatelo en el rostro evitando la zona de los ojos y espera unos 30 minutos. Luego retírala con abundante agua fría.

Mascarilla de cacahuetes:

Muele los cacahuetes en una picadora hasta que queden hechos polvo. Luego mezcla esta harina con una cucharada de miel y una cucharadita de aceite de oliva. Aplícatela sobre el rostro y deja actuar durante un cuarto de hora. Finalmente retírala con agua tibia.

Mascarilla de café y cacao:

Mezcla en un bol 4 cucharaditas de café molido y 4 cucharaditas de cacao. Agrega 8 cucharadas de leche entera y remueve hasta que se forme una pasta homogénea. Extiéndela sobre el rostro con la ayuda de un pincel evitando el área de los ojos y de la boca. Deja la mascarilla en tu rostro unos 15 minutos y enjuágala con agua tibia.

Mascarilla de banana:

Tritura media banana en una batidora y agrega 2 cucharaditas de miel y 4 cucharadas de agua de rosas. Remueve hasta formar una masa homogénea. Añade ahora 2 cápsulas de vitamina E y mezcla nuevamente. Aplica una fina capa sobre la piel de tu cara y cuello y deja que actúe unos 5 minutos. Luego enjuagar con agua caliente.

Mascarilla de huevo:

Bate con un tenedor una yema de huevo. A continuación añádele media cucharadita de aceite de almendras y una cucharadita de miel. Extiéndela sobre tu rostro con un pincel y espera unos 25 minutos. A continuación, retírala con agua tibia. Esta mascarilla totalmente natural, además de suavizar la piel seca, tiene un efecto reafirmante sobre la piel y ayuda a combatir la aparición de arrugas.

Mascarilla casera de almendras:

Mezcla en un bol dos cucharadas de almendra en polvo, una yema de huevo y una cucharadita de miel de abejas. Luego añade una cucharada de agua caliente y remueve todos los ingredientes hasta formar una pasta homogénea. Extiende una capa gruesa de este preparado sobre la piel de tu cara y cuello y deja que actúe durante media hora. A la hora de retirarla, deberás hacer un suave masaje con tus dedos y agua tibia, aprovechando así la acción exfoliante del polvo de almendras. Si tus manos se ensucian, enjuágalas y continúa hasta limpiar todos los restos.

Mascarilla de levadura de cerveza:

Mezcla en un bol una cucharadita de levadura de cerveza, 2 yemas de huevo, 2 cucharaditas de miel, media cucharadita de vinagre de sidra y dos cucharaditas de nata agria. Aplícate esta mezcla sobre todo tu rostro y enjuaga con agua tibia una vez pasados 20 minutos. La levadura de cerveza es rica en vitamina B, potasio y calcio. Esta mascarilla casera te ayudará a eliminar la resequedad de tu piel y a suavizarla.

Mascarilla de chocolate:

Una mascarilla nutritiva y deliciosa para tu piel. Coloca en una cazuela una barrita de chocolate puro sin azúcar y derrítelo con unas cucharaditas de aceite de almendras hasta que tome una textura cremosa. Deja que entibie y extiéndela sobre tu cutis y tu cuello con la ayuda de un pincel. Espera 20 minutos y retírala con agua fría.

c) Mascarillas caseras para pieles grasas

Mascarilla de pepino y manzana:

Debes licuar media manzana roja, medio pepino, una clara de huevo y un chorrito de limón. Remueve bien la mezcla y consérvala en el frigorífico. Deberás aplicarla fría sobre tu cara y cuello y dejarla actuar 20 minutos. Luego retírala con agua tibia. Esta mascarilla además de ser desengrasante tiene propiedades tonificantes.

Mascarilla de yogurt y cítricos:

Mezcla en un bol el zumo de un limón, el zumo de una naranja, el zumo de una zanahoria y un yogurt. Remueve bien la mezcla y extiéndela sobre tu rostro y cuello. Espera 10-15 minutos y retírala con agua tibia.

Mascarilla de arcilla verde:

Extiende sobre tu rostro una mascarilla de arcilla verde (de venta en herbolarios) a la que añadirás unas gotitas de aceite de almendras o de aloe vera. Déjala actuar unos 20 minutos y enjuaga tu piel con agua fría.

Mascarilla de bicarbonato de sodio:

Mezcla bicarbonato de sodio con un poco de agua templada hasta formar una pasta. Aplícatela sobre tu rostro y espera a que se seque. Luego retírala con abundante agua fría.

Mascarilla de kiwi:

Pela un kiwi maduro, trocéalo y añádele dos cucharadas de yogurt. Pásalo todo por la batidora y una vez que tome la textura de una pasta homogénea, extiéndela sobre tu rostro y cuello mediante un suave masaje. Espera 15 minutos y retírala con agua tibia.

Mascarillas caseras para hidratar, tonificar o nutrir la piel

Teniendo en cuenta el efecto deseado de nuestra mascarilla, podemos preparar:

Mascarillas hidratantes:

Mezclando tres cucharadas de nata líquida que deberemos batir hasta que se espese, una yema de huevo y unas gotitas de zumo de limón. Extiéndela sobre tu rostro y deja que actúe 20 minutos. Luego retírala con agua fría.

Mascarillas suavizantes:

Bate tres cucharadas de nata líquida hasta que esté espesa y mézcala con una cucharada de miel. Extiéndela sobre rostro y cuello y deja que actúe 20 minutos. Después retírala con una esponjita y agua fría.

Mascarillas desengrasantes:

Mezcla una clara de huevo, una cucharada de leche en polvo y una cucharadita de miel. Bate todos los ingredientes hasta formar una crema que aplicarás sobre tu rostro y cuello. Déjala actuar 15 minutos y retírala con agua tibia.

Mascarillas purificantes:

Para combatir los puntos negros, machaca medio pepino con una cucharada de perejil, eneldo o cebollino. Luego añade a la mezcla una tazita de requesón y mézclalo todo. Aplícatelo sobre tu cara y deja que actúe 20 minutos. Luego retírala con agua fría.

Mascarillas antiarrugas:

Machaca medio aguacate con una cucharada de zumo de limón, una cucharada de nata y dos cucharadas de zumo de zanahoria. Aplícate esta mezcla sobre tu rostro y cuello y déjala actuar sobre 20 minutos. Luego enjuaga la zona con agua tibia.

Mascarillas antiestrés:

Como os comentamos en otras ocasiones, la patata tiene un efecto antiinflamatorio sobre la piel. Si deseas ver tu rostro más terso y libre de fatiga, cuece una patata mediana y haz un puré con ella. Luego raya otra patata mediana cruda y agrégala al puré haciendo una pasta homogénea. Aplícate esta mezcla sobre cara y cuello y déjala actuar durante 20 minutos. Luego retírala con agua fría.

Mascarillas para el acné:

Tritura un cuarto kilo de fresas frescas y añádele media clara de huevo y una cucharadita de miel de abeja. Aplícate esta crema en la cara y deja que actúe unos 20 minutos. Luego lava la zona con agua fría.

Mascarillas antimanchas:

Calienta al baño maría 50 gramos de mantequilla de cacao y prepara un zumo con 50 gramos de zanahoria. Mezcla ambos ingredientes hasta formar una pasta cremosa y aplícala en el rostro mientras esté tibia. Déjala actuar durante 10 minutos y retírala con agua tibia.

Mascarillas reafirmantes:

Calienta al baño maría dos cucharadas de lanolina, agregar una cucharada de aceite de albaricoque, unas gotas de limón y tres gotas de tintura de benzoina y batir. Extiende esta pasta sobre tu rostro y déjala actuar unos 20 minutos. Luego retírala con unas esponjitas empapadas en agua tibia.

Mascarillas exfoliantes:

Barata y natural. Basta con mezclar un cucharada de azúcar con ocho gotas de limón y media cucharada de aceite de oliva. Deberás realizar suaves masaje con los dedos en movimientos circulares y retirarla con una toalla empapada en agua tibia.

Mascarillas descongestionantes:

Si tienes el cutis inflamado por una exposición larga al sol sin protección solar, corta unas rodajitas de tomate frío y aplícalas sobre tu rostro en frente, mentón y mejillas. No coloques nada sobre los ojos. Espera 20 minutos y enjuaga tu cara con agua fría.

¡Comparte estas recetas de mascarillas caseras con ingredientes naturales! Son lo mejor para ahorrar y lucir un cutis espléndido.