varices

Se acerca el buen tiempo y con la llegada de los días de sol nuestras piernas quedan cada vez más al descubierto. Algunas mujeres pueden presumir de unas piernas suaves y bonitas mientras que para otras prescindir de las medias se hace un auténtico suplicio. Las responsables son las varices, unas molestas venitas en forma de tela de araña que suelen aparecer en las piernas.


Las varices son un problema que compromete la salud ya que están relacionadas con un problema de circulación sanguínea que ocasiona la dilatación de las venas provocando dolor y cansancio en las piernas. Estas se originan cuando se produce un fallo en el sistema valvular impidiendo el retorno del flujo venoso. Como consecuencia, la sangre se estanca y presiona las paredes del vaso sanguíneo, dilatándolo y apareciendo la variz.

Estéticamente, las varices se observan como unos hilitos morados bajo la piel. Los primeros síntomas de las varices son la pesadez en las piernas, cansancio, hormigueo, calambres o pequeños edemas, pero si el problema no se ataja a tiempo las varices pueden empeorar. Los expertos en medicina vascular distinguen cuatro tipo de varices:

  • Varices tipo I: generalmente se trata de un problema tan solo a nivel estético. No presentan ningún tipo de sintomatología más allá de una leve pesadez en las piernas, por esta razón muchas veces no se les presta la atención que merecen.
  • Varices tipo II: son más visibles y dilatadas que las anteriores. Suelen presentarse en mujeres de edad avanzadas y pueden ocasionar flebitis pero no requieren de tratamiento quirúrgico ya que pueden eliminarse con tratamientos médicos.
  • Varices tipo III: son más tortuosas y dilatadas que las anteriores, por lo cual solo pueden ser tratadas quirúrgicamente.
  • Varices tipo IV: cuando aparecen síntomas como piel trófica, úlceras, etc. Deben tratarse lo antes posible ya que presentan un riesgo para la salud del paciente y sólo pueden ser intervenidas quirúrgicamente.

Causas de las varices

Se estima que una de cada diez personas sufre varices, de las cuales el 80% son mujeres. En la aparición de las varices pueden influir muchos factores, desde causas genéticas y hormonales a factores externos como la obesidad, el sedentarismo, el tabaco, los embarazos o algunas medicaciones.

Sin embargo, la causa principal de las varices a la que se suman los demás factores, es una nutrición inadecuada. Una dieta excesivamente alta en almidones, azúcares y productos procesados hacen que la sangre se densifique y si a esto sumamos una vida sedentaria, tabaquismo o consumo habitual de alcohol, el riesgo de que aparezcan las varices aumenta notablemente.

Los primeros síntomas de padecer varices son debilidad en las piernas, cansancio y dolor, sobre todo al caminar o al permanecer largos períodos de tiempo de pie. Es importante prestar atención a los primeros indicios y no dejar que se agrave el problema ya que puede afectar también a la salud.

Nuestro cuerpo está constituido de vitaminas, minerales y proteínas. Cuando alguno de estos elementos registra una carencia en nuestro organismo, las paredes de los vasos capilares se debilitan. Por ello es necesario seguir una dieta desintoxicante reduciendo lo máximo posible el consumo de grasas saturadas y azúcares y aportando vitaminas a tu cuerpo a base de verduras y frutas frescas. Con esto se depurará tu organismo y tus venas se fortalecerán. Un buen consejo consiste en beber todas las mañanas un zumo a base de cítricos (naranja, kiwi, piña, limón) y dos cucharadas de avena. Si lo consideras necesario, también puedes recurrir a los suplementos vitamínicos.

Aunque te parezca extraño, las causas emocionales, la depresión y el estrés también pueden influir en la aparición de las varices ya que es un factor relacionado con los procesos circulatorios.

Por último no se puede descartar la existencia de problemas cardiovasculares más graves, por lo que si tus varices se dilatan o toman la apariencia de cables debes acudir a un especialista lo antes posible.

Consejos para mantener las varices a raya

Si sufres varicosis no puedes renunciar a la ayuda médica. Los tips que te daremos a continuación sirven para aliviar los síntomas que producen y también para evitar que empeoren pero a pesar de ser útiles no pueden reemplazar los tratamientos médicos.

A continuación, te daremos algunos tips que te ayudarán a evitar que tus varices se agraven:

Alza las piernas

alzar piernas

Las varices están causadas por un fallo en las válvulas que facilitan el retorno del flujo sanguíneo. Para impedir que se dilaten todavía más, es recomendable que mantengas las piernas en alto para que la sangre pueda volver al corazón. Cuando comiences a sentir sensación de pesadez y dolor en las piernas, elévalas por encima de tus caderas. Para ello puedes usar unos almohadones altos o bien recostarte en la cama y apoyarlas sobre las pared durante al menos unos minutos.

Dormir con las piernas en alto

Puedes inclinar la parte inferior del colchón de tu cama ligeramente para aliviar tus varices mientras duermes, pero si sufres problemas cardíacos o respiratorios, es aconsejable que lo consultes con tu médico.

Usa medias ajustadas

medias varices

Al aumentar la compresión en tus piernas evitarás que las venas varicosas se sigan llenando de sangre y de este modo aliviarás considerablemente el dolor.

Sumergir las piernas o aplicar compresas de agua fría y caliente

compresas para varices

Durante aproximadamente diez minutos, aplica sobre tus varices compresas de agua caliente y a continuación compresas de agua fría. De este modo reactivarás el flujo sanguíneo aliviando el dolor e hinchazón de la zona.

Haz ejercicio

ejercicio para las varices

Permanecer sentada o de pie durante largas horas sin realizar ningún tipo de actividad física hace que las sangre se acumule en las venas. Las personas que tienen una vida sedentaria son más propensas a padecer varices. Trata de caminar un poco y extender tus piernas al menos cada hora. Practica diariamente, a ser posible, alguna actividad de tipo aeróbico, sobre todo caminar ya que esto ayuda a que se contraigan las venas y a devolver el flujo sanguíneo hacia el corazón. También puedes aliviar las molestias causadas por las varices practicando yoga.

Masajes

masaje para varices

Realiza masajes en movimientos circulares ascendentes desde la planta de los pies hasta el tronco. En las zonas más afectadas puedes dar pequeñitos golpecitos con los dedos pero sin excederte en la fuerza, los masajes deben ser muy suaves para no dañar aun más las venas. Luego coloca tus piernas en alto.

Tratamientos alternativos para las varices

Cuando las varices no son muy pronunciadas pueden atajarse con una serie de tratamientos y remedios naturales. Es importante tener en cuenta que usar terapias alternativas no siempre es efectivo, si las varices se ponen rojizas o aparecen acompañadas de dolores, es importante consultar al médico porque estamos hablando de un estadio más severo. En estas circunstancias, el especialista examinará tu problema y te receterá una medicación específica para el dolor y para eliminar las varices.

En el caso de ser necesario, puede preescribir también tratamientos de tipo quirúrgico de tipo láser u otros.


Pero en casos leves, como decimos, el problema puede detenerse si seguimos los consejos citados anteriormente y nos ayudamos de terapias y remedios naturales.

Los masajes pueden ser de mucha ayuda ya que estimulan la circulación y sirven para eliminar toxinas.

La aromaterapia es también muy efectiva. Hay aceites esenciales como el aceite de romero que ayudan a reactivar la circulación.

La homeopatía y la aplicación de hierbas naturales puede ser eficaz cuando las varices se encuentran en su estadio inicial. La hierba de la maravilla, por ejemplo, se usa de forma tópica en el tratamiento de esta enfermedad. Sus flores sirven para preparar lociones que se aplican externamente mediante compresas frías.

Soluciones estéticas y quirúrgicas para las varices

En ocasiones, las varices son demasiado pronunciadas y la dilatación de las venas a los capilares inferiores hace difícil tratarlas solo con terapias naturales, masajes o ejercicios. En estos casos, se recurre a los tratamientos médicos o a la cirugía.

Para valorar el problema, los especialistas realizan primero un estudio no invasivo similar a una ecografía con el que se valora el estado del sistema circulatorio profundo y superficial, los puntos a tratar y las medidas preventivas a adoptar para evitar la aparición de nuevas varículas con estimulantes del sistema venosos, ejercicios, etc. Estos estudios preliminares se basan en la aplicación de ultrasonidos doppler o duplex. Como dijimos, son técnicas no invasivas que no emplean ningún tipo de agujas o inyecciones como medios de contraste.

Una vez realizado este primer paso, se determina el tratamiento quirúrgico a seguir. Actualmente existen varios métodos quirúrgicos para eliminar las varices.

Antiguamente, la única técnica conocida consistía en la safenectomía o extracción de la vena safena interna o externa en todo su trayecto. Este sistema dejaba cicatrices visibles y poco estéticas además de ser más riesgosos para la salud del paciente. Sin embargo, la aparatología moderna ha permitido mejorar el tipo de intervenciones.

Actualmente las cirugías más empleadas para eliminar varices son:

Cirugía láser

láser varices

Consiste en introducir una pequeña fibra óptica en las venas varicosas para sellar las venas deterioradas. Esto obliga a que el flujo sanguíneo circule por las venas internas y las venas varicosas son reabsorbidas por el organismo pasado algún tiempo.

Este sistema tiene la ventaja de que el tiempo de recuperación es más corto que en otras cirugías y pasados algunos días el paciente puede reincorporarse a sus actividades cotidianas. Además no deja cicatrices visibles por lo cual muchas mujeres por cuestiones estéticas eligen operarse sus varices mediante cirugía láser.

Para operarse las varices por láser, se utilizan anestesias locales en forma de crema y de un sistema de refrigeración cutánea.

Cuando coexisten varices de diferente calibre, deben tratarse primero las de mayor tamaño que son las que originan sus ramificaciones. Por eso es imprescindible el examen previo de un especialista en cirugía vascular.

El láser transdérmico, es totalmente indoloro y ambulatorio y tiene una recuperación muy rápida. La Unidad de Cirugía Láser de Várices en España es uno de los centros especializados en realizar este tratamiento en nuestro país y con casi 30 años de experiencia ofrece unas buenas garantías de éxito en la intervención.

Después de la intervención es normal sentir una pequeña inflación en el área tratada. Debe evitarse la exposición solar en las semanas posteriores al tratamiento y de ser necesario, utilizar fotoprotección con pantalla total. A veces el médico puede recomendar también el uso de medias compresoras para acelerar la sobrecarga venosa y facilitar la reabsorción de la variz.

Cirugía clásica o safenectomía

Como os comentamos anteriormente, la safenectomía consiste en la extracción de la vena safena, que forma parte del sistema venoso superficial y los paquetes varicosos colaterales. Se realiza en venas de tamaño medio-grande y mediante anestesia general.

La intervención debe realizarse en invierno o en épocas del año en las que la temperatura es más fría ya que el calor incrementa la dilatación de las venas dificultando su extracción. Otro inconveniente de la safenectomía es que se trata de un procedimiento muy radical ya que priva a la persona de parte de su capital venoso de por vida y puede producirse una alteración de la circulación en el sistema venoso superficial.

La recuperación de una safenectomía es lenta y el paciente tiene que permanecer en reposo absoluto algunos días lo que obliga a solicitar una baja laboral. Es por ello que en los últimos años se ha optado por técnicas quirúrgicas menos agresivas y que permitan al paciente reincorporarse a sus actividades con prontitud.

Cura CHIVA

CHIVA es el acrónimo de la Cura Hemodinámica de la Insuficiencia Venosa Ambulatoria, una técnica desarrollada por el cirujano francés Claude Franceschi en 1988.

Este método consiste en restaurar el funcionamiento del drenaje sanguíneo conservando las venas varicosas y sin extirparlas de forma definitiva. Toda la intervención se realiza a través de un pequeño corte y con anestesia local. A diferencia de la safenectomía, en este caso el paciente no debe guardar reposo sino que debe caminar todo lo que pueda los días siguientes a la operación para recuperar la correcta circulación del flujo sanguíneo.

Endoláser o radiofrecuencia

Son dos procedimientos novedosos que permiten tratar las varices desde el interior, evitando la extracción de la vena safena. La diferencia fundamental con respecto a la cura CHIVA es que no restaura la vena sino que la destruye empleando energía térmica procedente de una fuente láser o de ondas radio. Para sellar las venas, se hace una pequeña abertura en la piel a través de la cual se introduce un pequeño catéter. Durante toda la intervención se utiliza anestesia local con una duración aproximada de 30-45 minutos.

La escleroterapia

escleroterapia

Está especialmente indicada para las telangiectasias o arañas vasculares, es decir, varices de pequeño tamaño o varices residuales que han reaparecido tras una cirugía. Consiste en inyectar una sustancia líquida o en forma de microespuma en las venas varicosas para destruir los tejidos dañados. Luego son reabsorbidas sin necesidad de extirparlas.

Crioesclerosis

Es similar al sistema anterior pero en esta ocasión se inyecta a la vena una sustancia química a temperaturas bajísimas para quemar los tejidos de los pequeños capilares. Para ello se emplea una criojeringuilla y primero se inyecta una sustancia terapéutica capaz de soportar temperaturas -40º y luego se inyecta nieve carbónica. Puede realizarse en cualquier época del año.