dieta desintoxicante

El verano se aproxima y comenzamos a rescatar las prendas del año anterior, pero nos llevamos la desagradable sorpresa de que aquel conjunto o aquel vestido que tanto nos gustaba ya no nos sirve. No te preocupes. En nuestro artículo de hoy te contaremos cómo perder una talla en un mes aproxidamente para que vuelvas a sentirte a gusto con tu ropa favorita sin dejar de comer y sin comprometer tu salud. La clave está en eliminar toxinas de tu organismo y combatir la retención de líquidos con una nutrición baja en sal. ¿Preparada para el reto? Vamos a ello.

Los beneficios de eliminar toxinas

Adelgazar no es el único objetivo de esta dieta, aunque sí uno de los que más motivan a seguirla. Si sigues este plan durante un mes, podrás perder de 3 a 4 kilos sin demasiado esfuerzo y, evidentemente, sin comprometer tu salud.

Si el cuerpo está saturado de toxinas, sufriremos síntomas como el dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad, síndrome premestrual muy acusado, problemas de sueño, mayor tendencia a las alergias, mala digestión, gases, estreñimiento, etc. Eliminando estas toxinas, te sentirás más animada, positiva y llena de energía.

Las claves de la dieta

Agua, fundamental

agua en la dieta

En una dieta desintoxicante, el agua no puede faltar. Es necesario, por lo tanto, beber entre 8 y 10 vasos de agua al día. El agua, además de ayudar a eliminar más rápidamente las toxinas, contribuye a evitar la retención de líquidos, estimula la metabolización de las grasas y reduce la sensación de hambre.

Pan, arroz y pastas, siempre integrales

pastas integrales

Los alimentos ricos en hidratos de carbono nos proporcionan la energía necesaria para rendir al máximo durante todo el día. El pan y la pasta blancos y el arroz refinado, sin embargo, no son la mejor opción, ya que carecen de fibra y tienen menos nutrientes que las variedades integrales. En una dieta desintoxicante, debes privilegiar el consumo de pan, arroz y pastas integrales. Tienen un número similar de calorías, pero la energía que proporcionan es más estable y duradera, además de resultar más saciantes y ayudar a combatir el estreñimiento.

Grasas «buenas»

Son un nutriente imprescindible, pero no te conviene abusar de las saturadas, es decir, de aquellas que perjudican tu salud y te predisponen a sufrir trastornos cardiovasculares, diabetes y obesidad. Las grasas «prohibidas» son las que se encuentran en alimentos como la carne roja, los embutidos, los aperitivos salados (patatas fritas, gusanitos…), la bollería industrial y los lácteos enteros. Es mejor sustituirlas por carnes ligeras (pollo, pavo, conejo…), lácteos descremados, pescado, alimentos grasos de origen vegetal (aguacate, frutos secos…).

Proteínas de buena calidad

proteínas vegetales

En lugar de abusar de los alimentos proteicos de origen animal (lácteos enteros, carne y huevos), te conviene aumentar el consumo de proteínas vegetales, como las legumbres (lentejas, garbanzos, judías…), los frutos secos, la soja y sus derivados, etc.

Enemigos que debes evitar

Olvídate del azúcar refinado

El azúcar blanco o refinado añade más calorías de la cuenta y no aporta nutrientes, por lo que se trata de un alimento del que podemos prescindir sin problemas. Además la sensación inmediata de saciedad que obtenemos al ingerirla es engañosa ya que dura muy poco, y cuando desaparece, nos hace sentir todavía más hambrientas y cansadas, por lo que necesitamos repetir la «dosis», estableciéndose así un círculo vicioso difícil de romper. Por esta razón, es mejor sustituir el azúcar por pequeñas cantidades de miel (sin abusar, ya que es muy calórica), jarabe de arce o productos naturales como el regaliz.

Reduce la dosis de cafeína

El café, el té negro y las bebidas de cola estimulan, despejan y nos ayudan a controlar el cansancio pero, si abusamos de su consumo, pueden provocar efectos secundarios como taquicardias, presión arterial elevada, insomnio, etc. Te sentirás mejor si las sustitutes por infusiones menos estimulantes, como el té rojo y el verde o el café descafeinado.