La bañera de casa puede convertirse en un «spa» de lujo. Sumergida en el agua caliente y rodeada de espuma, conseguirás disipar la tensión al mismo tiempo que eliminas toxinas y suavizas la piel. Y es que hay pequeños placeres que siguen estando al alcance de la mano.


El primer paso: exfoliar la piel del cuerpo

Antes de meter un pie en el agua, conviene realizar una exfoliación en seco, un sencillo gesto de belleza que elimina las células muertas y estimula la circulación, lo que facilita la absorción de los principios activos de los cosméticos que se aplicarán a continuación.

¿Cómo se hace? Sólo tienes que pasarte una esponja natural o un guante de crin por todo el cuerpo, a excepción de la cara y el pecho.

Prepara unas sales de baño a la carta

Las sales de baño tienen multitud de beneficios, ya que ablandan la dureza del agua, ayudan a eliminar toxinas y proporcionan una inmediata sensación de bienestar.

Puedes comprarlas ya listas para su uso o prepararlas tú misma en casa. Te explicamos cómo:

  • Sal marina: mezcla la sal marina con la peladura troceada de un limón y, si deseas un baño efervescente, incorpora sales de bicarbonato.
  • Ingredientes activos: ahora ya solo te queda enriquecer las sales con aceites esenciales. Para obtener un baño de efecto reafirmante, nada mejor que añadir al puñado de sales que vayas a agregar al agua 5 gotas de aceite esencial de geranio y 5 más de aceite esencial de naranja. A fin de reducir la retención de líquidos o mejorar las varices, emplea esa misma cantidad de aceite de romero o de ciprés. Otra de las esencias más utilizadas en cosmética es la de enebro, debido a su doble acción anticelulítica y reductora.

Para aprender a hacer sales de baño de preparación casera, te recomendamos también leer nuestro artículo «Elabora tus propias sales de baño».

Baño de espuma para una piel más suave

Si lo que más te apetece es darte un sensual baño de espuma, relajante a la par que hidratante, echa mano de estos otros productos.

Piel de terciopelo

Mientras se llena la bañera, pon un par de tapones de gel de baño bajo el chorro del agua y añade a cada uno 5 gotas de aceite esencial de sándalo o de jazmín. O si lo prefieres, vierte en el agua una taza de leche en polvo y media de harina de avena y de maicena.

Dedícale un tiempo al cutis y al pelo

Cuando estés sumergida en el agua caliente, envuelta en aromas relajantes, aprovecha para aplicarte esos productos de belleza que nunca tienes tiempo de utilizar.

Mascarillas

Los vapores de agua abren los poros de la piel y la cutícula del cabello. Así que este es el momento más apropiado para exfoliar la piel del rostro, extenderte una mascarilla en la cara y en el pelo o depilarte las cejas.

Los jabones más respetuosos

Una vez los activos de todos los productos utilizados han hecho su función, algo que sucede al cabo de cinco o diez minutos, llega el momento de enjabonar la piel.

  • El mejor gel de baño: además de limpiar, el jabón debe nutrir y respetar el manto graso que protege la piel de las agresiones externas y que ayuda a mantener el PH de la epidermis dentro de los límites adecuados. Por eso, es importante escoger un gel suave que tenga un PH 5.5, afín al de la piel.
  • Jabones ecológicos: no son agresivos, están elaborados a base de materias primas naturales como hierbas o aceites esenciales y están especialmente indicados para pieles sensibles ya que hidratan en profundidad sin producir irritación. Para elegir el más indicado para tu tipo de piel o aprender a preparlos tú misma, te invitamos a leer nuestro reciente artículo «Jabones ecológicos. Un mundo de suavidad en tu piel».
  • Agua fresca: al finalizar el baño, es muy aconsejable darse una ducha de agua fría, el mejor reafirmante cutáneo que hay, de apenas unos segundos. Dirige el chorro de agua a los pies y ve ascendiendo hasta los hombros.
  • Hidratada las 24 horas del día: ya por último, cuando salgas de la bañera, aplícate un aceite de aguacate, de almendras o de oliva por todo el cuerpo. Si extiendes esta loción sobre la piel aun húmeda triplicarás su eficacia. Las leches o las cremas corporales, en cambio, deben utilizarse sobre la piel totalmente seca.

Duración y temperatura del baño

El baño no debería alargarse más de 15 minutos. Transcurrido ese tiempo, la piel comienza a deshidratarse.

El calor excesivo también favorece la flacidez y perjudica las varices. Lo ideal es que el agua esté entre los 36 y los 38ºC.

Para más información sobre el tema te recomendamos leer nuestro artículo «Disfruta con tus 5 sentidos de un relajante baño».