Una de las zonas del rostro que más solemos destacar con maquillaje son nuestros ojos. En el mercado existe una gran variedad de sombras en distintos formatos, pensadas para iluminar y dar profundidad a la mirada. Podemos encontrar desde las clásicas presentaciones en polvo a las nuevas texturas cremosas o líquidas. Con cada una de ellas conseguiremos un efecto distinto ya que mientras las sombras en polvo permiten difuminar mucho más, las líquidas o cremosas tienen un aspecto «acuarelable». Cada cual tiene también distintas técnicas de aplicación pero básicamente los pasos son los mismos:
- Extender una loción humectante específica para el contorno de ojos.
- Aplicar una sombra base en color claro (blanco, beige, marfil) tanto sobre la superficie del párpado móvil como sobre el párpado fijo.
- Aplicar esta vez solamente sobre el párpado móvil la sombra de color oscuro. Partiremos del borde de las pestañas e iremos ascendiendo. Recuerda que no debes abusar de la cantidad del producto y que, en caso de que tengas mal pulso, es mejor que utilices un pincel fino.
- Aplica otra sombra más clara que combine con la anterior desde la línea media del párpado hasta las cejas. Difumina bien la intersección entre ambas para que no se note el corte.
Si lo que deseas es delinear tus ojos, te recomendamos leer nuestro artículo «Tips de maquillaje para delinear tus ojos».
