Según afirman los expertos, cerca del 90% de todas las mujeres del mundo sufren celulitis al pasar la pubertad. Normalmente, las zonas más afectadas son los muslos, los glúteos, el abdomen y, algunas veces, los brazos y las caderas.


Las hormonas femeninas, el estilo de vida (sedentario o activo) y la alimentación son tres factores determinantes a la hora de cuidarnos ya que, aunque existe predisposición genética a padecer piel de naranja, ésta se acentúa en las etapas de cambios hormonales como el embarazo o la menopausia pero puede mejorar considerablemente si seguimos una dieta saludable, practicamos ejercicio y no somos fumadoras.

¿En qué consiste el masaje anticelulítico?

Existen muchos tratamientos estéticos para combatir la celulitis. Uno de los menos invasivos y que por tanto tiene más demanda es el conocido como «masaje anticelulítico». Consiste en movilizar los nódulos de grasa para permitir el drenaje natural de las adiposidades, estimular la microcirculación sanguínea y oxigenar la piel.

Se ha demostrado que como método preventivo resulta muy eficaz, ya que impide la acumulación de tejido adiposo y favorece la eliminación de toxinas. Sin embargo el masaje por sí sólo no es suficiente si no nos hacemos el propósito de llevar una vida sana.

Si te decides a seguir este tratamiento de belleza, es indispensable conocer bien la técnica o recurrir en su defecto a un profesional ya que, si se hace mal, puede producirse un enquistamiento y endurecimiento del tejido graso en lugar de la eliminación del mismo.

Tampoco debe practicarse en aquellos casos donde la piel del paciente sufra alguna afección como eczemas o quemaduras o en el caso de enfermedades circulatorias como la trombosis, la flebitis o la arteriosclerosis. Con respecto a las embarazadas, los masajes deben realizarse con suma precaución.

El momento ideal para aprovecharnos de todas sus virtudes es justo después de la ducha. El agua caliente abre los poros de la piel aumentando su capacidad de absorción. De este modo, los aceites y lociones que empleamos durante el masaje llegarán a las capas profundas de la epidermis (algunos tipos de aceite como el aceite de abedul, poseen propiedades anticelulíticas).

Otro detalle importante a tener en cuenta es que nunca deben hacerse los masajes anticelulíticos en dirección contraria al flujo sanguíneo. Deben empezarse siempre desde la planta de los pies e ir avanzando hacia arriba con movimientos verticales, suaves y firmes, sin causar dolor. Con ello conseguiremos reactivar el flujo sanguíneo, prevenir la formación de piel de naranja e incluso de las varices que suelen aparecer en las piernas.

Luego nos centraremos en las zonas más afectadas (nalgas, muslos, vientre, caderas…). Debe presionarse suavemente con la palma de la mano y hacer movimientos circulares (10-15 minutos). No hay que hacer demasiada presión, el masaje tiene que resultar placentero.

Finalmente, haremos lo que se llama «vaciado de celulitis»: movimientos rectos y firmes con las manos hacia las extremidades. Con esto conseguiremos eliminar toxinas y drenar los lípidos que se encuentran en el torrente linfático.

Para optimizar los resultados del masaje, debes seguir una dieta sana, beber al menos dos litros de agua al día y practicar algo de gimnasia.

Si necesitas más información sobre el tema, te recomendamos leer nuestro artículo «Cómo hacer un masaje de drenaje linfático en casa» (con video explicativo) que publicamos hace algún tiempo.