camuflar arrugas

Existe la creencia errónea de que cuanta más cantidad de cosmético utilizamos a la hora de maquillarnos, mejor se cubren las arrugas. Muy lejos de la realidad, lo único que conseguimos utilizando más maquillaje del necesario, es acentuar todavía más los pequeños surcos y líneas de expresión.


La función de la base o fondo de maquillaje es la de cubrir imperfecciones, pero si nos excedemos a la hora de aplicarla, el efecto será justamente el contrario al deseado, es decir, el producto se acumulará en las zonas más hundidas del rostro haciendo que las arrugas resalten todavía más y que la tez cobre un aspecto acartonado muy artificial.

La solución está en aprender a maquillarnos bien, utilizar los cosméticos de forma inteligente y preparar previamente la zona para que el acabado sea perfecto. En nuestro artículo de hoy, te daremos una serie de instrucciones sencillas para que consigas quitarte años de encima y verte más guapa disimulando con un look fresco y natural los signos del envejecimiento en tu piel.

¿Cómo camuflar las arrugas con el maquillaje?

  • Las maquilladoras profesionales saben que un resultado satisfactorio en la elaboración de un buen maquillaje, se debe en gran medida al estado previo de nuestra piel. Si esta está demasiado seca, el acabado puede no ser uniforme, agrietarse o tomar un aspecto apergaminado. Por lo tanto, antes de maquillarte es imprescindible que limpies y humectes bien tu piel, utilizando para ello una crema hidratante de base no oleosa y un buen contorno de ojos. Extiéndela minuciosamente sobre rostro y cuello en movimientos suaves y ascendentes. Puedes dar también ligeros golpecitos con la yema de tus dedos sobre la superficie de tu cutis para favorecer la absorción del humectante y mejorar la irrigación sanguínea en la superficie de la piel.
  • Acto seguido, aplicaremos los correctores e iluminadores, tanto el antiojeras como los correctores faciales si tienes manchas en la piel. Debes aplicar muy poca cantidad de producto y difuminarlo bien con ayuda de una esponjita o un pincel suave.
  • Una vez que hayas hecho esto, es el momento de extender la base de maquillaje. Con tu cutis bien hidratado y suave, este paso se volverá mucho más sencillo.Debes elegir un fondo de maquillaje adecuado a tu tipo de piel: puede ser en crema, en polvo, líquido (te recomendamos este último por tener una cobertura media y una composición ligera).

    Lo ideal es trabajar con dos bases de igual textura pero una un tono más oscuro que la otra. Aplicaremos la más cara sobre las zonas más conflictivas en las que aparecen las arruguitas: alrededor de la boca, en la frente o sobre las «patas de gallo» y reservaremos la más oscura para definir el mentón, los pómulos y el tabique nasal. Empareja ambas bases con ayuda de una esponjita o de la yema de tus dedos hasta que el resultado sea uniforme y no se vean parches de diferente color.

  • Para un aspecto más juvenil, aplica un poco de rubor sobre tus mejillas en sentido ascendente. De este modo disimularemos también el descolgamiento facial y la flacidez. Debes ser cuidadosa de no pasar la brocha con polvo sobre la zona de las arrugas, pues el cosmético se depositaría en ellas arruinando nuestro maquillaje.
  • Los ojos y los labios no deben ir demasiado oscuros para evitar echarnos años encima. Los tonos muy intensos tienden a resaltar el hundimiento de los ojos y las arruguitas de la boca. Tampoco te convienen los acabados demasiado brillantes; lo preferible es optar por tonos neutros como el rosa, el beige, el melocotón, el coral o los colores tierra. Si tu boca es demasiado fina, perfila tus labios por encima de su contorno natural y utiliza una barra con efecto voluminizador.