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Si tenías sobrepeso y por fin has logrado perder esos kilos de más siguiendo una dieta sana y equilibrada, estarás feliz pero al mismo tiempo tendrás algo de temor de volver a engordar al abandonar el régimen y volver a tus hábitos alimenticios de siempre. No vas a estar a dieta toda la vida. Tampoco es aconsejable recurrir al uso de laxantes o pastillas para adelgazar que no te haya recetado tu endocrino. El secreto para evitar el tan temido efecto rebote es cambiar nuestra forma de comer y, sobre todo, de cocinar. Aprende a hacerlo de un modo más ligero, conservando todo el sabor de los alimentos y reduciendo, al mismo tiempo, la ingesta de calorías en tus platos. Estos sencillos tips te serán de gran ayuda:

  • Evita comer rebozos y fritos en la medida de lo posible. Preferentemente, cocina tus comidas al vapor o al microondas y agrega un chorrito en crudo después de la cocción. De esta forma aprovecharás las vitaminas, aminoácidos y propiedades buenas del aceite de oliva sin ganar peso y sin digestiones pesadas.
  • Utiliza agua, caldos desgrasados y vegetales en juliana para los estofados en sustitución de las patatas fritas.
  • Añade un quesito desnatado a los purés y cremas para darles mayor consistencia.
  • Sustituye el pan blanco por pan integral y tostadas integrales.
  • Utiliza cortes magros de carnes y aumenta el consumo de carnes ligeras (pollo, pavo, conejo) y pescados blancos.
  • Aliña las verduras y ensaladas con aderezos controlados en aceite y enriquecidos con mostaza, yogur, limón, vinagres variados…
  • Aromatiza tus postres con especies dulces: canela, vainilla… y controla la cantidad de azúcar que utilizas en su elaboración.