Casi todas las chicas tenemos cierta experiencia a la hora de comprar cosméticos y maquillajes, sabiendo elegir con más o menos acierto aquello que queremos. No sucede lo mismo con las fragancias, pese a ser un regalo que hacemos a otros o nos hacemos personalmente a nosotras mismas de vez en cuando.


La causa de ésto es un lenguaje coloquial inexacto y bastante extendido que tiende a identificar colonias, perfumes, extractos o aguas de colonia como sinónimos. En realidad, se trata de productos diferentes. La principal distinción consiste en su composición, o más concretamente, en el nivel de concentración de alcohol que pueden llegar a presentar:

  • Extractos: 40% de esencia.
  • Perfumes: 20% de esencia.
  • Colonias: 10% de esencia.
  • Aguas de colonia: 5% de esencia.

Estos porcentajes son una estimación, pero normalmente la pureza de las fragancias se mueve entre estos parámetros.

Los perfumes, al ser más concentrados, tienen un olor más duradero.

Las notas de aroma de un perfume evolucionan desde su primera aplicación y van perdiendo intensidad mientras pasan las horas, por ese motivo es importante no juzgar su fragancia real por la sensación que producen al vaporizarlos de forma inmediata.

Podemos hacer una segunda distinción entre perfumes en estado sólido o líquido. Las presentaciones sólidas por lo general, combinan esencias con ceras y aceites naturales, y se aplican directamente sobre la piel gracias a su textura cremosa. Son ideales para personas de piel sensible que suelen sufrir irritación al entrar en contacto con las fórmulas alcohólicas de los perfumes líquidos convencionales.

Por otra parte, en las temporadas de calor, preferiremos fragancias suaves y livianas: colonias y aguas de colonia de baja concetración alcohólica. Hay que tener en cuenta que en esta época del año nos duchamos más a menudo por lo que no tiene sentido usar fórmulas de larga duración.

La sudoración en contacto con los perfumes intensos tiende a corromper el aroma de estos últimos, mientras que las frangancias frescas con olor a cítricos, flores y frutas de las colonias de toda la vida, resultan más adecuadas para la ocasión.

Además, debemos advertir que tomar el sol con perfumes puede provocar irritaciones y escozor en la piel ya que las concentraciones altas de alcohol hacen que tu epidermis se vuelva fotosensible a la acción de los rayos ultravioleta, dando lugar a picores y alergias. Si quieres llevar fragancias intensas en verano en lugar de colonias (tal como te recomendamos) puedes optar por las fórmulas sólidas que no tienen alcohol sino que fijan el perfume a la piel mediante sustancias oleosas.

Para más información sobre este tema te recomendamos leer nuestro artículo «10 tips para aplicarse el perfume y prolongar sus efectos».