¿Se te cae mucho el pelo? ¿luce opaco, estropeado y sin vida? Tal vez tengas alguna carencia en tu dieta y tu cabello te esté pidiendo a gritos que lo alimentes.


Bien es cierto que una nutrición equilibrada no es suficiente para tener una melena abundante. Los factores genéticos cuentan mucho y condicionan en parte aspectos como el color de nuestro pelo, su densidad y la tendencia o no a padecer problemas de alopecia. Algunos procedimientos agresivos como las permanentes, la decoloración o el uso indiscriminado de la plancha, también pueden resecarlo y debilitarlo.

Pese a todo, si a todo esto sumamos una alimentación deficiente, será todavía más difícil que el cabello se recupere. Los productos capilares (sérums, ampollas y mascarillas) son una ayuda adicional para restaurar la estructura de las fibras capilares dañadas, pero el aporte principal de vitaminas, proteínas y aminoácidos desde el interior; y la forma más adecuada de hacerlo no es mediante lociones milagrosas ni suplementos vitamínicos sino en nuestras comidas diarias.

¿Y cuáles son los alimentos imprescindibles en nuestra dieta para tener un cabello fuerte y saludable?

La sustancia encargada de garantizar la flexibilidad y grosor del pelo es la queratina. En su fabricación intervienen distintos tipos de vitaminas y minerales como el selenio, el cobre o el zinc. Por otra parte, algunos alimentos tienen propiedades nutritivas que estimulan el crecimiento del cabello desde el interior y nutren el folículo piloso, haciendo que el pelo sea fuerte desde su nacimiento y que resista ante las agresiones externas que pueden provocar su caída (biotina, ácido fólico, hierro, vitamina A y vitaminas del grupo B).

Conozcamos pues, cuáles son estos estos alimentos para incorporarlos en nuestra dieta.

Vitamina A

Huevos, leche, hígado, aceite de girasol y aceite de oliva. Garantizan el buen funcionamiento de las glándulas sebáceas que mantienen el folículo hidratado. Si bien, un exceso de sebo puede ser perjudicial ya que tapona el folículo y provoca la acumulación de una gran cantidad de células muertas en el cuero cabelludo; una sequedad importante también es dañina y puede desencadenar alopecia. Consumiendo estos alimentos y usando champús con propiedades hidratantes, nos aseguraremos de que el folículo mantenga su humectación natural.

Vitaminas del grupo B

Levadura de cerveza, carne, pescado, huevos, soja, frutos secos, legumbres. Son esenciales para la oxigenación de los tejidos, incluyendo el cuero cabelludo.

La vitamina B7 (biotina) no puede ser absorbida por la piel y solamente puede obtenerse a través de los alimentos. Las espinacas, los plátanos y las nueces la contienen en abundancia.

La vitamina B5 (ácido pantenoico) tampoco puede absorberse mediante fórmulas de uso tópico pese a que muchos champús y mascarillas aseguren contenerla. Consumirla en abundancia retrasa la aparición de canas y reduce la caspa. Algunos de los alimentos que la poseen en dosis elevadas son el germen de trigo, el repollo, la coliflor o la jalea real.

Vitamina C

Los cítricos como la naranja, el limón, el kiwi o el pomelo son muy ricos en esta vitamina. También está presente en algunas verduras como el brócoli o las espinacas. Es fundamental para nuestro organismo ya que interviene en la síntesis de colágeno y ayuda a asimilar el hierro. Una carencia de vitamina C puede fomentar la caída del cabello.

Ácido fólico

Ayuda a tener un cabello más sano, fuerte y resistente. Los guisantes, las espinacas y los cereales son su fuente principal.

Hierro, zinc y cobre

Son minerales esenciales para nuestra salud. La ausencia de hierro en el organismo, puede derivar en una anemia ferropénica (una de las causas más comunes de la pérdida del cabello). El zinc y el cobre por otra parte, fortalecen la estructura de las fibras capilares evitando así que el pelo se debilite y se rompa al cepillarlo. Las carnes rojas, el arroz integral y las verduras de hoja verde como el apio poseen una cantidad considerable de estos minerales.

De igual modo, hay alimentos cuyo consumo es necesario moderar para tener un pelo bonito. Las frituras, los helados, los embutidos, las comidas procesadas y las grasas en general, sobreestimulan la acción de las glándulas sebáceas del cuero cabelludo. Un exceso de grasa también puede ser perjudicial ya que impide la oxigenación del folículo y puede desembocar en problemas dermatológicos como la caspa.

Las sustancias que alteran en exceso el sistema nervioso como la cafeína tampoco son convenientes si sufres del estrés. Los nervios pueden ser otra de las causas de que se caiga el pelo.