Seguramente conozcas las maravillosas cualidades del jazmín en la aromaterapia y la elaboración de perfumes, pero su uso más desconocido sea tal vez como tratamiento para las pieles con tendencia a sufrir acné.
Esta sustancia natural tiene propiedades astringentes que ayudan a controlar las secrecciones sebáceas que taponan los poros haciendo que se formen granitos y espinillas.
Una de las mejores formas de aprovecharnos de su fragancia y de sus virtudes cicatrizantes es elaborando un jabón artesanal con esencia de jazmín.
Si lo utilizas exfoliando suavemente tu piel con un guante de crin, su efecto será más intenso; aunque debes tener cuidado de no frotar las zonas ya afectadas por el acné para no reventar los granos y evitar que la infección se extienda.
Necesitas:
- 30 gramos de jabón neutro y sin perfumes añadidos
- 20 gramos de glicerina
- 12 gramos de aceite esencial de jazmín
- 500 gramos de aceite de almendras
Preparación:
- Ralla el jabón neutro y caliéntalo en un cazo al baño María hasta que se derrita.
- Ve incorporando el aceite de almendras y la glicerina sin dejar de remover la mezcla para que no queden grumos.
- Retírala del fuego y añade el aceite esencial de jazmín.
- Vierte ahora el contenido del cazo a un frasco de cristal limpio y espera a que se enfríe. Tapa bien el producto y consérvalo en un lugar seco.
¡Tu jabón artesanal de jazmín ya está listo para ser utilizado! Te recomendamos hacer uso de él al menos dos veces por semana y seguir los consejos que te dimos en nuestro artículo «Soluciones para el acné corporal».
En un par de meses verás como tu piel comienza a mejorar. Si no notas cambios pasado este tiempo, deberías consultar a un dermatólogo tu problema pues puede que la causa de tu acné no se deba a una producción excesiva de sebo.