¿Notas tu piel un tanto reseca y sin brillo? Los cambios estacionales suelen afectar bastante a nuestra epidermis: tomar el sol, pasar del calor al frío, llevar ropa demasiado abrigosa y que no permita transpirar adecuadamente, usar geles de ducha con un PH inadecuado, nadar en piscinas que contienen demasiado cloro, etc.

¿Quieres ponerle remedio y volver a lucir una piel suave como el terciopelo?


El primer consejo que te daremos, aunque resulte muy obvio, es utilizar una hidratante corporal diariamente. Puedes extenderla suavemente sobre tu piel después de ducharte por la mañana, así incorporarás este sencillo gesto a tus rutinas de belleza y no se te olvidará nunca. No es necesario que compres una crema carísima; mucho más importante es ser constante y prestar atención a las necesidades de tu piel. Si esta es más bien grasa, utiliza fórmulas no oleosas y más líquidas. Las pieles secas pueden exigir más de una aplicación diaria mientras que, si pasas de los 30 años, es recomendable optar por una crema hidratante con propiedades reafirmantes.

Una vez a la semana, realiza una exfoliación corporal para desincrustar las impurezas y células muertas que taponan los poros (puedes prepararla tú misma siguiendo esta sencilla receta).

Si te gustan los baños de tina, hoy te  enseñaremos a preparar una maravillosa infusión que puedes incorporar al agua de tu bañera y que dejará tu piel tersa y brillante por su alto contenido en vitaminas y antioxidantes.

Pon una olla al fuego con un litro de agua y añade una zanahoria pelada, seis cucharadas de manzanilla y seis cucharadas de melisa. Deja que repose la mezcla hasta que enfríe, cuélala y agrega seis cucharadas de miel.

Viértela en el agua de la tina y disfruta de un delicioso baño que dejará tu piel luminosa, suave y con un delicado aroma a flores del campo.