La cintura es una de las zonas del cuerpo que más definen nuestra silueta y contorno corporal.


El sobrepeso, el embarazo o la vida sedentaria pueden ocasionar una pérdida de firmeza con la consiguiente distensión de los tejidos de nuestro abdomen. Cuando esto sucede, lo más indicado es tratar de recuperar nuestra figura mediante una dieta sana, ejercicios localizados y tratamientos no invasivos como la radiofrecuencia o la cavitación. Desgraciadamente, no siempre es posible conseguirlo de este modo, sobre todo, si la piel ha permanecido distendida durante mucho tiempo por problemas de obesidad u otros motivos. En estos casos, la solución definitiva pasa por realizarnos una operación de cirugía estética para eliminar el exceso de grasa y de piel a la vez que se tensan los músculos abdominales.

La abdominoplastia pertenece al grupo de las operaciones de cirugía estética conocidas como «dermolipectomías«. Gracias a esta intervención es posible mejorar el contorno corporal y lucir el vientre plano y firme que siempre deseaste.

El tipo de abdominoplastia a practicar, dependerá de las condiciones de cada paciente.

La técnica más frecuente consiste en realizar una incisión en la parte baja del abdomen, siguiendo la línea del pubis y una segunda incisión alrededor del ombligo. El cirujano separará la piel de la pared del abdomen, retirará los excesos de grasa y de tejido dérmico y estirará los músculos abdominales flojos de los flancos izquierdo y derecho.

Otra variante consiste en extirpar únicamente el exceso de piel bajo el área del ombligo y reforzar la musculatura de la pared abdominal en el caso de que se encuentre flácida. Esta modalidad se conoce con el nombre de mini-abdominoplastia. Es menos invasiva y puede realizarse con anestesia local.

Ambas técnicas pueden combinarse con una liposucción en el caso de que existan depósitos grasos localizados.

Recuperación y resultados

El tiempo de recuperación de esta intervención oscila entre dos y cuatro semanas, en las cuales el paciente deberá guardar reposo y evitar el ejercicio vigoroso.

Con el paso de los meses, la cicatriz se irá haciendo más ténue y al cabo de un año podrás valorar definitivamente cómo quedará. No todas las personas cicatrizan de igual forma. Algunos pacientes tienen predisposición a formar cicatrices queloides o hipertróficas. El cirujano deberá valorar cada cierto tiempo el estado de la cicatriz y el paciente, por su parte, deberá extremar las medidas de higiene y dispensarle los cuidados indicados para evitar infecciones. De todos modos, aunque sea imposible hacer desaparecer una cicatriz por completo, debes considerar que esta quedará oculta bajo tus prendas y no será visible a no ser que estés completamente desnuda.

Debes tener en cuenta, no obstante, que la abdominoplastia no es un un tratamiento contra la obesidad y no controla los posibles aumentos de peso posteriores a la intervención. Por lo tanto, para mantener sus resultados, es imprescindible seguir unos hábitos alimenticios saludables y llevar una vida sana.