El momento macabro del lunes de la mañana sucede para muchas de nosotras cuando nos subimos a la báscula. Nos gusta conservar nuestra figura y mantenernos en un peso saludable y la forma más fácil de llevar un control es usando este sencillo aparato que casi todas tenemos en casa. Sin embargo, esto no significa que sus datos sean siempre fiables. ¡Cuántas veces nos ha pasado: observar variaciones de peso de hasta dos kilos de un día para otro o de la mañana a la noche!


La báscula es una máquina y aunque hay algunos modelos más precisos que otros, ninguna es perfecta ya que no es capaz de calcular las variables que pueden influir a la hora de pesarnos. No te fies al cien por cien de lo que dice tu báscula. Si notas oscilaciones muy importantes en un período de tiempo demasiado corto, no te escandalices. En nuestro artículo de hoy te daremos una serie de consejos para pesarte de forma correcta y de este modo obtener unos resultados más próximos a la realidad.

Pésate siempre en la misma báscula

Cada aparato es diferente, tiene una regulación distinta. Incluso el suelo en el que esté apoyada puede influir al variar su ángulo de inclinación.

En ayunas

No es un secreto que el peso que tenemos al levantarnos puede cambiar mucho desde la primera hora de la mañana a la noche: lo que comemos, lo que bebemos e incluso los líquidos y los gases que retiene nuestro cuerpo, pueden causar variaciones importantes. Lo mejor por tanto, es pesarnos al despertarnos, antes de desayunar y después de haber ido al baño para evacuar la mayor parte de los residuos que puedan traducirse en un aumento de peso.

Con la misma ropa

La ropa en sí misma tiene un peso que puede variar de unas prendas a otras. Incluso los zapatos pueden pesar unos gramos más o menos dependiendo del modelo. Por ello, los expertos aconsejan pesarse desnuda o en ropa interior; pero si prefieres hacerlo vestida, trata de llevar siempre las mismas prendas.

No te peses todos los días

Aunque te asuste ver cambios importantes en las cifras de un día a otro, ésto es lo más normal del mundo cuando estamos iniciando un régimen de adelgazamiento. No conviene obsesionarse. Lo ideal es pesarse una vez a la semana para poder valorar resultados más reales.