Uno de los requisitos que debe cumplir un maquillaje para tener un acabado perfecto y natural, es ir repartido uniformemente.


Un maquillador profesional tiene que dominar la técnica a la perfección para evitar el tan temido «efecto máscara» y ser capaz, al mismo tiempo, de usar los cosméticos para ocultar las pequeñas imperfecciones del rostro como ojeras, marcas de acné o líneas de expresión. Habitualmente se utilizarán esponjitas de maquillaje con textura suave para conseguir un cutis más fino y unificado. Sin embargo, actualmente, existen otros utensilios que nos permiten unificar mejor el producto.

Hoy  os hablaremos del maquillaje con aerógrafo. Originalmente, el aerógrafo era un método utilizado por los maquilladores profesionales que trabajaban en la industria del cine, la tv, comerciales o pasarelas. Se trata, básicamente, de un dispositivo en forma de pistola que pulveriza el maquillaje sobre la piel. Tiene una especie de boquilla en la cual se enchufa el cable al compresor de aire del aparato, un receptáculo donde se deposita el producto y una aguja encargada de rociar el maquillaje sobre tu rostro.

Para conseguir un acabado uniforme y ligero estilo «piel de porcelana» es imprescindible mantener el dispositivo a unos 15 centímetros de distancia. Iremos recorriendo así toda la superficie de nuestro cutis haciendo movimimientos circulares. Si queremos aplicar un corrector antiojeras podemos  acercarnos un poco más a la zona oscura.

Los aerógrafos nos permiten también aplicar sombras de ojos, colorete, correctores o incluso maquillar tus cejas.

Es importante que limpiemos bien el aparato una vez que hayamos terminado de maquillarnos para que la aguja no se obstruya y se estropee.

Os dejamos con un video del canal de Carolina Indacochea donde nos enseñan a aplicar una base con aerógrafo.

¿Lo has utilizado alguna vez? ¿te convence esta técnica?