Las terapias con oxígeno hiperbárico son utilizadas desde hace años como tratamiento de apoyo a enfermedades como el cáncer, infecciones y lesiones producidas en los músculos o en la piel por accidentes de distinta índole. Sin embargo, su incorporación al campo de la medicina estética como parte de los cuidados antiedad es relativamente reciente. ¿En qué se basa su eficacia?


El oxígeno tiene un papel fundamental en las funciones celulares. Ayuda a metabolizar las proteínas y enzimas permitiendo que la célula se regenere. Sin embargo, con el paso de los años este proceso es cada vez más lento ya que la estructura de la membrana celular se vuelve más débil y pierde parte de su contenido acuoso. En otras palabras, la piel comienza a deshidratarse y a volverse más seca y la pérdida de humedad provoca también una pérdida de las moléculas de oxígeno. Si a esto sumamos ciertos hábitos perjudiciales como el tabaco, una mala alimentación o el uso indiscriminado de cosméticos de mala calidad, podríamos decir que nuestra piel se siente «ahogada».

Los tratamientos de belleza facial con oxígeno logran restituir parte de la oxigenación natural de la epidermis. No sirve para eliminar arrugas o corregir la flacidez facial pero sí para revitalizar la piel al instante devolviéndole su lozanía y luminosidad.

¿Cómo es una sesión de oxigenoterapia facial?

Antes de comenzar la sesión, el especialista realiza una limpieza facial utilizando una leche limpiadora hipoalergénica y un peeling vegetal. De este modo, al desincrustar las células muertas que obstruyen el poro, la piel se vuelve más receptiva al tratamiento. El oxígeno se aplica directamente sobre el rostro con ayuda de un aerógrafo en forma de pistola. Suele mezclarse con productos específicos como vitaminas, minerales, ácido hialurónico, etc.

Para finalizar, se coloca una mascarilla totalmente orgánica y enriquecida con fitonutrientes sobre la cara, el cuello y el escote dejando que actúe durante algunos minutos. A veces también se combina este tratamiento con la aromaterapia para potenciar sus efectos, relajar la mente y desestresarnos.

La frecuencia de las sesiones variará dependiendo de la edad de la persona y del estado de su piel. Por lo general se recomienda empezar con dos sesiones semanales y luego una sesión mensual de mantenimiento.

Su precio variará dependiendo del centro de belleza al que acudas, pero suele rondar los 60 € por sesión.