¿Tienes poca constancia a la hora de seguir una dieta? Casi siempre las abandonamos por el mismo motivo: caer en las tentaciones. Sin embargo, un día es un día y si inevitablemente te das un atracón una vez, no es motivo para tirar la toalla y no seguir en el buen camino. La actitud es clave.


El picoteo entre horas se produce muchas veces como consecuencia de seguir una dieta demasiado estricta. No es bueno pasar hambre y menos aun desayunar mal. Un desayuno completo debe aportar el 25% de la energía necesaria para sentirte en forma durante el día.

Mantén tu cuerpo hidratado bebiendo cerca de 2 litros de agua al día y retira de tu despensa los «alimentos pecaminosos» que pueden impulsarte a comer de manera compulsiva en momentos de ansiedad.

¿Cuáles son estos alimentos?

  • Frutos secos saladitos (cacahuetes, almendras, anacardos): 144 calorías una ración de 20 gr.
  • Patatas fritas: 223 calorías por ración.
  • Chocolatinas (Twix, Mars…): sobre 280 calorías.
  • Aceitunas: 144 calorías por ración.

¿Reconoces a alguna de estas chucherías entre tus tentaciones predilectas? Seguro que sí. Ya que sabes que si las tenemos en casa nos las terminaremos comiendo. Lo mejor es cambiar el chip y sustituirlas por otros alimentos sanos y bajos en calorías y grasas saturadas. ¿Te entra el gusanillo de comer entre horas? Recurre a los yogures desnatados, frutas (naranjas, manzanas), tostadas integrales, ensaladas o incluso una tapita de pulpo a la plancha o champiñones. No contienen grasas ya que son hipocalóricos.

Si mantienes tu plan durante la semana, puedes premiarte el domingo (o cualquier otro día que elijas) con una porción pequeña de esas chucherías que tanto te gustan. Eso sí, no te compres un paquete familiar de patatas fritas o una bolsa de crossaint para guardarla durante un tiempo en casa. Piensa que las dos primeras semanas son las más duras pero luego te irás acostumbrando.

Para más información sobre este tema puedes leer nuestro artículo «Tips para evitar la ansiedad en las dietas».