En la gastronomía española hay una tendencia a ir incorporando una cantidad cada vez mayor de alimentos fritos en nuestras comidas diarias. El motivo tal vez se deba a la falta de tiempo en nuestro ritmo de vida. Las frituras son muy rápidas de hacer, basta con sumergir el alimento en un medio graso a una temperatura elevada (160°C-200°C), para obtener en pocos minutos un producto dorado, crujiente y de exquisito sabor.


Comer frituras de forma ocasional no conlleva ningún riesgo. El problema surge cuando nos alimentamos de ellas a diario. Posiblemente ya deduzcas que pueden hacernos subir de peso, pero lo cierto es que freír los alimentos se producen también una serie de reacciones térmicas y químicas que alteran la estructura de las proteínas, lípidos y carbohidratos del alimento.

  • En primer lugar, éste se deshidrata, es decir, se evapora parte del agua que contiene.
  • Al impregnarse en aceite, aumenta también considerablemente su valor calórico, pudiendo incrementarse hasta en un 40%. Para evitar que ésto suceda, se recomienda no introducir el alimento hasta que el aceite alcance una temperatura entre (170ºC – 180ºC). De este modo, se formará una costra que lo aislará e impedirá que continúe absorbiendo aceite.
  • Las altas temperaturas que se alcanzan al freír un alimento puede hacer que se pierdan parte de sus nutrientes, en especial las vitaminas que son termosensibles y se degradan al llegar a temperaturas de (160ºC a 200ºC).

Por otra parte, suele decirse que el aceite de oliva es muy beneficioso para la salud. Esto es cierto ya que es rico en antioxidantes esenciales como la vitamina E, fitoesteroles y grasas monoinsaturadas. Sin embargo, las excelentes propiedades que puede proporcionarnos si lo tomamos en crudo o como aliño a nuestras ensaladas, no  se aplica a los alimentos fritos o rebozados. La reacción química que se produce entre el agua y el aceite y las elevadas temperaturas que se necesitan para freír un alimento, desencadenan procesos de hidrólisis y oxidación que dan lugar a la formación de sustancias tóxicas para el organismo (hidrocarburos, lactosas, alcoholes, metilcetonas o acroleína) causantes de los radicales libres y relacionadas también con enfermedades como el cáncer. Los ácidos grasos insaturados, pasan a ser saturados, por lo que las cualidades beneficiosas para la salud se pierden. Si se superan los 180ºC o si el aceite es utilizado más de tres veces, la materia grasa se altera pudiendo hidrogenarse, generándose grasas transgénicas.

Nuestro hígado y nuestro sistema renal tienen la capacidad de limpiar de toxinas nuestro organismo, pero si consumimos frituras a diario, estaremos colapsando sus funciones e intoxicándonos poco a poco de sustancias que podrían perjudicar nuestra salud. Por ello, te aconsejamos que aunque te gusten mucho las frituras, las consumas sólo ocasionalmente y optes por una forma más sana para elaborar tus comidas de cada día.

Otros consejos útiles que te daremos son:

  • Utiliza aceite de oliva. Resiste mucho mejor las altas temperaturas.
  • Procura que al calentarlo no sobrepase los 180º (se oscurece y genera sustancias tóxicas). Desecha el aceite quemado.
  • No mezcles el aceite usado con aceite limpio ni con otros tipos de aceite.
  • No lo uses en más de tres ocasiones.
  • Limpia el exceso de aceite de los alimentos con papel absorbente.

¡Bon apetit!