Por todos son conocidas las increíbles virtudes terapéuticas del masaje, sin embargo algunas técnicas tradicionales son un tanto desconocidas a día de hoy.
¿Has oído hablar alguna vez de la maderoterapia? Como su nombre indica, la maderoterapia consiste en realizar un masaje con utensilios de madera de diferentes formas y tamaños, diseñados para adaptarse a las distintas zonas del cuerpo.
La maderoterapia se considera una técnica holística ya que nos ayuda a sentirnos mejor, reduciendo el nivel de estrés y aliviando los dolores musculares o articulares. En los últimos años se ha extendido también su uso con fines estéticos: remover las adiposidades localizadas ayudando así a reducir la celulitis o piel de naranja, reafirmar y definir el contorno corporal.
Cada sesión de maderoterapia dura aproximadamente 20 minutos y los expertos aseguran que los resultados son apreciables a partir de la tercera sesión, aunque recomiendan un total de 15 sesiones para aprovechar mejor todos sus beneficios.
Normalmente las sesiones comienzan con un reconfortante masaje para preparar la piel y movilizar las grasas acumuladas. Suelen aplicarse aceites con propiedades reductoras (por ejemplo aceite de abedul). Después, el terapeuta utilizará los utensilios de madera. Su forma está diseñada para adaptarse a distintas áreas del cuerpo. La mayoría de ellos ya eran utilizados por las antiguas culturas orientales.
Los más importantes son:
- Rodillo liso: activa el sistema circulatorio y linfático.
- Copa sueca: facilita la eliminación de adiposidades en zonas como los muslos, las nalgas o el abdomen.
- Tabla modeladora: contribuye a drenar la grasa y a eliminar toxinas.
Recuerda que, además de ser utilizada en tratamientos corporales, la maderoterapia también puede incluirse en tratamientos faciales antiedad o para el embellecer los senos ya que tiene propiedades reafirmantes.
¿Conocíais esta técnica?