Posiblemente la parte más compleja a la hora de maquillarnos sea aplicar correctamente las sombras de ojos.


Un buen maquillaje de ojos acentúa mucho la expresividad de la mirada, haciendo que nos veamos más elegantes y sofisticadas.

¿Te cuesta manejar la técnica del sombreado? En nuestro artículo de hoy te daremos algunos consejos útiles para sacarle el máximo partido a tu paleta de sombras. ¡Consigue una mirada mágica!

Humectar el contorno de ojos.

Usa una crema específica para esta zona y aplícatela 15 minutos antes de maquillarte. De este modo la piel del párpado estará más flexible y elástica, haciendo que la tarea de difuminar el color sea más sencilla y que los pigmentos no se acumulen en los pequeños pliegues y arrugas de la piel.

Elige la sombra ideal.

Pueden tener una textura en crema, en polvo compacto o polvos sueltos.

Las sombras en crema son más fáciles de aplicar, pero también tienen sus inconvenientes. Uno de ellos es que, si nos sobrepasamos en la cantidad de producto, este exceso se depositará en el pliegue de los párpados y correremos el riesgo de «parecer un payaso». Además, si no son waterproof o resistentes al agua, pueden corromperse con facilidad debido al calor o a la propia sudoración del rostro. En el caso de que te decidas a usar este tipo de sombras, deberías trabajarlas con cuidado aplicando poco a poco la cantidad deseada.

Por otra parte, las sombras en polvo ofrecen menor cobertura que las anteriores y no permiten hacer acabados tan gráficos (a no ser que las usemos al agua). Por lo tanto el look será menos intenso, pero si lo que deseamos es una apariencia natural o crear un efecto ahumado, este tipo de textura es la más indicada.

¿Cuántas sombras necesitas? En realidad no es indispensable contar con docenas de colores, pero para conseguir un buen maquillaje de ojos necesitarás al menos tres sombras de la misma paleta (misma gama de tonalidades): uno claro que usaremos para iluminar, uno medio y otro oscuro para dar profundidad.

En nuestro artículo «¿Qué sombras combinan con mi color de ojos?» os dejamos una serie de recomendaciones para elegir la gama de tonalidades que mejor te sienta. No hay reglas inflexibles pero, por lo general, a las mujeres de ojos oscuros les quedan mejor las tonalidades anaranjadas, los tonos tostados, el verde o el dorado… los ojos verdes quedan impactantes si los ahuman en verde o gris, mientras que las pupilas azules exigen tonalidades frías para no perder protagonismo: rosas fríos, gris perla, turquesas o azules.

sombreado
Prebase ¿sí o no?

La finalidad de usar una prebase de sombras es la de mejorar la fijación de los cosméticos y conseguir un acabado más uniforme. Por lo tanto, si se trata de un maquillaje de día muy natural en el que vamos a usar poca cantidad de sombras, podemos prescindir de la prebase. En cambio los maquillajes de noche por lo general son más recargados y sí convendría usarla.

Entre pinceles está el juego.

Para lograr buenos resultados también necesitas hacerte con las herramientas adecuadas:

  • Un pincel plano y rígido para aplicar la sombra base (este tipo de pinceles están diseñados para extraer la mayor cantidad de producto y distribuirlo por todo el párpado).
  • Un pincel suave y flexible para marcar el pliegue y hacer difuminados.
  • Un pincel fino para aplicar la sombra de ojos al ras de la línea de las pestañas o en zonas difíciles de alcanzar como la esquina interna del párpado.

 

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Aplica tu sombra.

Ya tenemos todo lo necesario para extender nuestra sombra de ojos.

Comenzaremos aplicando el tono principal con el pincel plano. Para mejorar la fijación del producto, coloca tu sombra a golpecitos de pincel en lugar de extenderla mediante pinceladas. Después, matiza el resultado hasta que se vea uniforme.

Tomaremos ahora el color más oscuro para dar profundidad. Marca con este tono el pliegue del ojo y el borde de las pestañas superiores. Difumina bien con la ayuda de un pincel suave hacia fuera y hacia arriba hasta que desaparezcan las líneas de corte.

Finalmente, situaremos unos puntos de luz para iluminar la mirada y hacerla más expresiva. Toma un poco de sombra clara y colócala justo bajo el arco de la ceja y en la parte del lagrimal.

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Ultimando los detalles.

Una vez que hemos aplicado las sombras, habremos terminado la parte más laboriosa de nuestro maquillaje de ojos. Pero siempre lucirá mejor si cuidamos los detalles: ¡una pasada de delineador y un par de capas de máscara de pestañas y quedarás perfecta!

Algunas veces nos preguntáis si es conveniente o no maquillar el párpado inferior. Si se trata de un maquillaje de día nude o realizado con sombras en tonos naturales, no es necesario hacerlo. En cambio si hablamos de un maquillaje de noche más bien dramático o con efecto ahumado, recomendamos extender un poco de sombra también en la parte inferior para que el resultado sea armónico.

Y por último ¡no te olvides de tener siempre a mano unos bastoncitos de algodón y un poco de leche por si te equivocas! Bastará con humedecer la punta del bastoncito en un poco de loción desmaquillante y corregir el error. Después, limpia la zona con la otra parte limpia del bastoncito.

¡Disfruta de tu maquillaje!