De todos es sabido que a nivel físico todo lo que no se usa se pierde. Sin embargo existe también la creencia infundada de que al llegar a la tercera edad debemos renunciar a toda clase de actividad física y darle descanso a nuestro cuerpo. Nada está más alejado de la realidad. Según el Colegio Americano de Medicina del Deporte una mujer de 60 años que lleva una vida activa y saludable gozará del mismo estado físico que una mujer de 40 años inactiva.


El deporte relentiza los procesos de envejecimiento, nos ayuda a estar más alegres, a mantenernos en nuestro peso ideal, a prevenir enfermedades coronarias y a conservar unos músculos y huesos fuertes.

Estudios recientes han confirmado también que el ejercicio aeróbico regular parece aumentar el tamaño del área del cerebro conocida como hipocampo, que participa en la memoria verbal y el aprendizaje entre las mujeres cuya capacidad intelectual se ha visto afectada por la edad.

Parecen motivos más que suficientes para empezar a movernos un poco en la medida de nuestras posibilidades e intentar vivir una vida sana y llena de sentimientos positivos.

En nuestro artículo de hoy os dejaremos una serie de recomendaciones para practicar deporte a partir de los 60 años, aunque lo ideal claro está es iniciarse antes en esta práctica. Recuerda sin embargo que siempre debes consultar con tu médico tu caso en particular, sobre todo si existen problemas de salud previos como osteoporosis, artritis o dolores lumbares.

Ejercicio aeróbico: mantiene el corazón sano y evita el sobrepeso

Cuando nos hacemos mayores se hace más aconsejable que nunca practicar algún tipo de actividad cardiovascular: aumenta nuestra capacidad pulmonar, oxigena nuestro cuerpo, mantiene el corazón en forma y nos ayuda a enfrentar la vida con una actitud positiva.

El ejercicio regular, además, previene la pérdida de masa muscular y nos ayuda a quemar calorías. Esta es una de sus principales ventajas ya que a partir de los cuarenta años el metabolismo se vuelve más lento. Si no aumentamos el gasto energético, con el paso de los años acumularemos kilos extra que podrían repercutir negativamente en nuestra salud.

Si nunca has practicado ejercicio lo mejor es comenzar con 30 minutos diarios. Las actividades recomendadas son aquellas que producen un bajo impacto: caminar a paso ligero, bailar, nadar o pedalear en bicicleta estática.

Conserva el tono muscular

Con el paso de los años la pérdida de masa muscular se vuelve evidente, sobre todo si siempre hemos tenido una vida sedentaria. La flacidez es tan sólo la consecuencia estética pero perder nuestros músculos tiene también su respuesta en nuestra salud: recargamos más nuestros huesos y articulaciones provocando que estas se desgasten prematuramente. Por este motivo el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento recomienda realizar ejercicios de bajo impacto con pesas ligeras o pesas en los tobillos, incluyendo el levantamiento repetitivo de los brazos y las piernas.

La importancia de los estiramientos

A medida que envejecemos los tendones y ligamentos se vuelven menos flexibles. El doctor Karl Knopf, consultor de los Institutos Nacionales de Salud y autor de «Estirar para 50 +», sugiere una variedad de ejercicios de estiramiento básicos como hacer rodar la cabeza y los hombros, movimientos circulares de la muñeca y los tobillos y movimientos que simulen cortar madera.

Yoga a partir de los 50

Es una actividad extraordinaria para lograr el equilibrio físico y mental. También mejora la respiración, incrementa la flexibilidad corporal y nos ayuda a tener una actitud más positiva. Pueden practicarlo mujeres de todas las edades y condición física, incluso aquellas que sufren dolores articulares, problemas de espalda o depresión.