Los expertos en salud afirman que un 75% de la población femenina sufre de retención de líquidos. Esta afección puede ser bastante molesta, sobre todo en verano ya que suele empeorar con el aumento de las temperaturas.



La retención de líquidos es mucho más que un problema estético. Aunque no sea frecuente, puede estar asociada a patologías serias (enfermedades renales o de corazón). Por este motivo, es importante que consultes esta cuestión con tu médico para descartar complicaciones mayores.

Cuando no existen enfermedades subyacentes, la retención de líquidos se debe, casi siempre, a un exceso de permeabilidad capilar. Es decir, los fluidos se fugan de los capilares sanguíneos y se acumulan en los tejidos causando hinchazón.

¿Reconoces alguno de estos síntomas?

  • Tobillos hinchados
  • Pesadez en las piernas
  • Sensación de cansancio y hormigueo en las extremidades
  • Manos hinchadas y hormigueo en la punta de los dedos
  • Bolsas en los ojos y mirada fatigada
  • Sensibilidad en los senos
  • Distensión abdominal, incluso si no hemos comido

El calor excesivo o los cambios hormonales pueden influir en que retengamos más líquidos. De todos modos, podemos aliviar todos estos síntomas siguiendo una serie de hábitos saludables.

Los más importantes son:

Seguir una dieta saludable

Para mantener la salud de los vasos capilares, es indispensable tener una nutrición equilibrada. Estos necesitan para regenerarse adecuadamente, buenas dosis de vitaminas (A, C y E), minerales y oligoelementos (calcio, magnesio, potasio, fósforo) y antioxidantes. La mayoría de ellos están presentes en las frutas y hortalizas como las zanahorias, la remolacha o los arándanos. También debemos consumir cantidades aceptables de fosfolípidos y grasas buenas (omega-3). Las encontraremos en los frutos secos, el pescado azul o el aceite de oliva virgen.

Actividad física

Es esencial para gozar de una buena salud. Practicar algo de ejercicio cardiovascular (nadar, patinar, correr, montar en bici…) oxigena nuestro cuerpo y moviliza los líquidos impidiendo su retención.

Beber agua

Mejora las funciones renales y permite la eliminación de toxinas. Es un error pensar que bebiendo menos agua reduciremos la hinchazón, ya que nuestro cuerpo retiene más líquido de forma preventiva cuando comienza a deshidratarse.

Menos sal

El exceso de sodio produce la acumulación de agua a nivel tisular. Debemos vigilar no sólo la cantidad de sal que incluimos en nuestros platos, sino también aquella que consumimos sin saberlo en forma de refrescos ricos en sodio, snacks, etc.

Cuidado con la cafeína

Un abuso de esta sustancia puede alterar el balance hídrico y hormonal del organismo, sobrecargando y dificultando las funciones del hígado y los riñones, en sus procesos de desintoxicación corporal.

¡Fuera toxinas!

El tabaco y el alcohol producen una oxidación de los tejidos, debilitando la pared de los capilares sanguíneos y aumentando así el riesgo de la fuga de fluidos que provocan la retención de líquidos.