La salud de la mujer durante la gestación influye mucho en la evolución del embarazo. Concretamente los hábitos alimentarios y el estilo de vida de la futura mamá son muy importantes y deberían ser vigilados por un especialista.


Si estás embarada además de reducir o suprimir el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, debes seguir una alimentación variada y equilibrada.

En el caso de las dietas especiales (vegetarianas, macrobióticas, crudivoristas) conviene que consultes tus hábitos con un endocrino o experto en nutrición para saber si sería necesario complementar con suplementos cualquier posible carencia.

Y ¿qué hay sobre la mítica frase de que cuando estamos embarazadas «hay comer por dos»? Los especialistas aseguran que el aumento de las necesidades energéticas se cifra en unas 350 kcal. a partir del primer trimestre debido al crecimiento del feto. Por lo tanto, no es necesario en absoluto doblar la ingesta de alimentos sino tratar de comer más variado y mejor.

Los únicos nutrientes que suelen ser deficitarios en las dietas de las mujeres embarazadas son el hierro, el ácido fólico y en ocasiones el calcio. Acude a tu centro de salud con frecuencia para comprobar si sufres de algún déficit alimentario que deba ser compensado.