Toda la piel de nuestro cuerpo necesita cuidados diarios, pero sin lugar a dudas hay zonas más delicadas que otras. Este es el caso de las axilas que, paradójicamente, son también las grandes olvidadas. Nos preocupamos por el cuidado del rostro, el cuello o las manos pero no prestamos demasiada atención a la piel de esta zona más allá de comprobar que estamos perfectamente depiladas.

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Sin embargo, la piel de las axilas es más fina y sensible que la del resto del cuerpo, razón por la que debemos esmerarnos más en su cuidado. La elección de desodorantes inadecuados puede provocar irritación o resecar la piel. Los métodos de depilación agresivos también causan con frecuencia enrojecimiento, manchas o vellos enquistados.

La piel de las axilas posee gran cantidad de glándulas sudoríparas y también contiene una abundante flora bacteriana. Esta combinación hace que ésta zona sea muy propensa a las infecciones. Cualquier factor externo que suponga una agresión para la piel (ciertos métodos de depilación, desodorantes, perfumes, etc.), hará que esta se irrite y/o aparezcan manchas oscuras.

Algunos consejos útiles:

  1. Es muy importante favorecer la correcta ventilación de la zona llevando prendas que permitan la transpiración evitando así la humedad excesiva.
  2. No existe una única técnica de depilación, pero debes tener en cuenta que la cera no es demasiado aconsejable dada la sensibilidad de esta zona del cuerpo y que, por si fuera poco, el vello crece en varias direcciones. Por otra parte, algunas cremas depilatorias contienen agentes químicos que pueden oscurecer la piel. Las mejores opciones parecen ser por lo tanto el afeitado con cuchilla o la fotodepilación (mucho más duradera e indolora). Siempre que sea posible, considera elegir esta última opción.
  3. En cuanto a los desodorantes, lo mejor es utilizar productos sin perfumes y/o alcohol.
  4. Si la piel de las axilas se oscurece, puedes usar cremas blanqueadoras para reducir la pigmentación pero debes consultar antes el caso con tu dermatólogo para evitar cualquier tipo de daño. Aprovecha el momento de la ducha para realizar una suave exfoliación con una esponja vegetal. Esto hará que las células muertas se desprendan estimulando la renovación celular y que así las manchas vayan atenuándose gradualmente.
  5. La hidratación también es muy importante. Puedes emplear un aceite vegetal con propiedades calmantes (como el aceite de caléndula) o una crema reafirmante si notas la piel de la zona un poco flácida.

¡Esperamos que estos consejos te hayan gustado! Recuerda que para evitar irritaciones, alergias o manchas debes cuidar también a diario la piel de tus axilas.