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Vamos a dejar los prejuicios a un lado y hablar honestamente sobre la salud mental. La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como: «el estado de bienestar en el cual el individuo desarrolla sus propias habilidades, puede hacer frente a las tensiones normales de la vida, puede trabajar de manera productiva y provechosa tanto para él como para su comunidad».

La salud mental es indispensable para lidiar con los problemas y las situaciones difíciles que se presentan a lo largo de nuestra vida.

Algunas veces la depresión y el estrés ponen a prueba nuestra salud física y mental.

En algún momento todos nos sentimos incapaces de afrontar una situación y posiblemente esto nos genere tristeza, depresión o ansiedad. Lo importante es determinar si se trata de algo pasajero con lo que podemos lidiar nosotros mismos o si necesitamos ayuda.

La OMS estima que cada año cerca de 154 millones de personas en el mundo sufren de depresión.

Cuando las cosas no salen como queremos, cuando sufrimos una pérdida importante o pasamos por un mal momento, es normal que nos deprimamos. Las emociones nos recuerdan que sentimos, que somos más que carne y hueso, que estamos vivos.

Pero cuando estos sentimientos permanecen más de lo normal, podemos desarrollar una enfermedad llamada «depresión clínica o severa». Esta enfermedad puede afectar seriamente en tu vida diaria, en tu trabajo, en tus relaciones con los demás o incluso en tu salud física. Es importante no desatender nuestro estado de ánimo y dejar que el problema avance sin buscar ayuda o tratamiento.

Según el Instituto Nacional de Salud Mental, la mayoría de las personas que sufren de depresión, no necesariamente experimentan los mismos síntomas. Como todas las personas somos diferentes, es muy probable que la severidad de los síntomas, su frecuencia y su duración, varíe de una persona a otra. Sin embargo, hay señales de alerta tanto emocionales como físicas que pueden indicarte que estás pasando por algo más que “un par de días de tristeza”.

Si notas que tus sentimientos de tristeza se prolongan, interfieren en tu vida diaria, te impiden dormir bien, estudiar, relacionarte con los demás o disfrutar de los placeres de la vida, podrías estar sufriendo depresión clínica.

Si este es tu caso ¡busca ayuda profesional! No dejes que los sentimientos de tristeza sigan avanzando hasta perder el control de tus rutinas. La salud mental es tanto o más importante que cuidar nuestra salud física.