En esos días en los que estás agotada y te duelen todas las partes de tu cuerpo ¿qué mejor que un buen masaje para relajarte y sentirte bien?
Los masajes alivian la tensión muscular acumulada debido al esfuerzo físico y reducen los niveles de ansiedad y estrés estimulando la producción de serotonina y la dopamina (dos neurotransmisores relacionados con la depresión). Además, algunos tipos de masaje pueden aliviar el dolor, ayudarnos a eliminar toxinas o a dormir mejor.
Los efectos terapéuticos del masaje pueden potenciarse con el uso de un buen aceite para masaje. Hidratan la piel, manteniéndola suave y joven, desintoxican la epidermis y favorecen la relajación.
A la hora de elegir un aceite para masaje, puedes optar por las fórmulas comerciales o prepararlos tú misma. En este caso, debes tener en cuenta que los aceites esenciales tienen concentraciones muy elevadas y no pueden aplicarse directamente en la piel ya que pueden irritarla. Es necesario diluirlos previamente en otro aceite o manteca vegetal.
¿Qué aceites son los mejores para un buen masaje?
1) Aceite de almendras
Rico en ácidos grasos, vitaminas A y E y minerales. Previene la aparición de arrugas y estrías y es uno de los mejores hidratantes naturales para la piel (leer artículo).
2) Aceite de aloe vera
Tiene propiedades hidratantes, antiinflamatorias, fungicidas, relajantes y regeneradoras.
Muy valorado tanto en aromaterapia como para hacer masajes, ya que tiene un efecto analgésico (calma los dolores articulares) y nutre intensamente la superficie cutánea gracias a su alto contenido en vitaminas (A, C, E y vitaminas del grupo B), minerales (hierro, calcio, cobre, magnesio, potasio) y fitoesteroles.
En efecto, el aceite de aloe vera o sábila cuida nuestra piel de forma natural manteniéndola firme y flexible, evitando la aparición de arrugas o estrías.
El aloe vera no es una semilla ni una flor sino una planta, y por lo tanto no contiene aceite. Para preparar nuestra fórmula casera emplearemos un aceite vegetal de base (por ejemplo 200 cc de Aceite de almendras) al que añadiremos 20 cc de tintura de aloe vera o 20 gramos de polvo de aloe vera y 5 cc de aceite de rosa mosqueta.
Este aceite no engrasa la piel y es ideal para masajes terapéuticos o para aliviar los síntomas de la psoriasis, quemaduras y otras afecciones dermatológicas.
3) Aceite esencial de enebro
Se obtiene por la destilación al vapor de las agujas, frutos y madera del enebro. Es un aceite esencial rico en antioxidantes flavonoides y polifenoles que protegen nuestra salud y nos ayudan a combatir los radicales libres.
En la Edad Media se creía que las bayas de enebro servían como amuleto contra las brujas. Fuera de estas creencias esotéricas, en los hospitales franceses era común quemar bayas de enebro y romero para evitar la propagación de enfermedades infecciosas en el ambiente.
Y es que el enebro cuenta con muchas propiedades medicinales y cosméticas: es antiséptico, astringente, antiespasmódico y depurativo. Estudios muestran que este aceite contiene más de 87 compuestos diferentes activos, incluyendo potentes antioxidantes, agentes antibacterianos y antifúngicos.
Cura y protege la piel contra enfermedades infecciosas como los hongos. Alivia el dolor articular, ayuda a relajarnos y a conciliar el sueño…
Aplicándolo mediante un suave masaje, calma los dolores de la menstruación, la retención de líquidos o incluso las molestias después de haber sufrido un golpe ya que tiene propiedades vaso-dilatadoras que contribuyen a bajar la inflamación de forma localizada.
Debes tener en cuenta, con todo, que el aceite esencial de enebro es muy tóxico. Solamente podemos utilizar 5 gotas al día diluyéndolas en otro aceite vegetal como el aceite de almendras o el aceite de jojoba. Puedes elaborar, por ejemplo, una mezcla con: 50 ml de aceite base de almendras dulces, 5 gotas de aceite de jengibre, 5 gotas de aceite de enebro y 5 gotas de aceite de lavanda. Esta loción es fantástica para calmar el dolor de las articulaciones y el reumatismo.
4) Aceite esencial de manzanilla
Se extrae de las flores de la planta mediante un proceso llamado «destilación».
Existen dos tipos de manzanilla: la alemana y la romana, y ambas sirven para elaborar este aceite.
El aceite esencial de manzanilla muy apreciado en aromaterapia donde se utiliza para reducir los niveles de estrés y ansiedad.
También se emplea para tratar diversos problemas de la piel: acné, alegias, dermatitis, eczema o piel seca.
Para calmar la piel sensible diluye 5 gotas de aceite esencial de manzanilla + 5 gotas de aceite esencial de lavanda + 5 gotas de aceite esencial de jazmín en 30ml de aceites vegetales (15ml de aceite vegetal de caléndula + 15ml de aceite vegetal de sésamo) y aplícatelo como tratamiento hidratante/nutritivo diario tonificando antes la piel con agua floral de manzanilla.
Si se trata de pieles con acné, deberás diluir 5 gotas de aceite esencial de manzanilla + 5 gotas de aceite esencial de árbol del té + 5 gotas de aceite esencial de lavanda en 30ml de aceites vegetales (10ml de aceite vegetal de jojoba + 10ml de aceite vegetal de rosa mosqueta + 10ml de aceite de neem) y aplicarlo a diario tonificando antes la piel con hidrolato de manzanilla.
Debes tener en cuenta que el aceite esencial de manzanilla está desaconsejado para mujeres embarazadas ya que dosis elevadas de esta sustancia pueden provocar contracciones uterinas.
5) Aceite esencial de eucalipto
Se obtiene de las hojas frescas o parcialmente secas del eucalipto mediante el procedimiento de destilación al vapor.
Existen más de 700 variedades de eucalipto en el mundo y, al menos 500 de ellas producen algún tipo de aceite.
Los aborígenes australianos utilizaban las infusiones de la hoja de eucalipto para calmar los dolores musculares y los síntomas del resfriado o congestión nasal. Hacia finales de siglo, su aceite esencial era utilizado en la mayoría de hospitales de Inglaterra para desinfectar heridas ya que tiene un gran poder antiséptico.
A día de hoy el aceite esencial de eucalipto se emplea en aromaterapia donde es muy apreciado por su capacidad para estimular la actividad mental y aumentar el flujo sanguíneo al cerebro.
También puede ser utilizado como aceite para masajes, siendo especialmente beneficioso para aliviar los síntomas de la artritis, asma, congestión nasal, dolores musculares, fatiga, resfriados, etc.
Como sucede con todos los aceites esenciales, no puede aplicarse directamente sobre la piel sino que es necesario diluirlo previamente en otro aceite vegetal (aceite de almendras, aceite de jojoba, aceite de coco…). Para potenciar sus efectos, puedes agregar también 5 gotitas de otro aceite esencial como el aceite de pino, de limón, de tomillo o benjuí (30 ml del aceite vegetal elegido + 5 gotitas de aceite esencial de eucalipto + 5 gotitas de otro aceite esencial que te guste).
6) Aceite esencial de orquídea
La orquídea es considerada como una de las flores más bonitas del mundo. Pese a su aparente fragilidad, las orquídeas son muy resistentes a los cambios climáticos, la escasez del agua, el frío o el calor.
Otro dato curioso que tal vez no conocías sobre las orquídeas son sus excelentes propiedades dermatológicas. Su alto contenido en antioxidantes ayuda a retrasar los efectos del envejecimiento en la piel.
El aceite esencial obtenido de la raíz, el tallo y las hojas de esta flor, ayuda a regenerar las células, protegiéndolas del daño causado por los radicales libres. También ayuda a regular la pigmentación irregular.
¿Qué más se le puede pedir a esta flor? Diluye 5 gotitas de aceite esencial de orquídea en 30 ml. de aceite de almendras dulces y obtendrás una excelente loción para masajes, que dejará tu piel suave, hidratada y visiblemente más joven.
7) Aceite esencial de lavanda
Se extrae por destilación de las flores frescas de lavanda.
Tiene un aroma muy agradable y una larga lista de propiedades que justifican que sea uno de los aceites esenciales más apreciados en aromaterapia y cosmética.
Antiguamente ya se utilizaba tanto en tratamientos de belleza como en medicina tradicional por sus virtudes terapéuticas.
Uno de los aspectos más interesantes de este aceite es que, a diferencia de otros aceites esenciales, puede aplicarse directamente en la piel sin realizar ningún tipo de dilución. También puedes utilizarlo como un ingrediente adicional de otros tratamientos de belleza: mascarillas de arcilla, cremas antiedad, exfoliantes, etc.
Tiene muchas virtudes dermatológicas: es antiséptico, sebo-regulador natural, previene la formación de arrugas, acelera los procesos de cicatrización y se utiliza para tratar varias enfermedades de la piel en las que concurren procesos inflamatorios como el eczema o la psoriasis.
Aplicado en forma de masajes, tiene efectos terapéuticos. Reduce la inflamación, alivia los dolores musculares y de las articulaciones. Además, tiene propiedades sedantes y nos ayuda a dormir mejor.
8) Aceite esencial de cítricos
Los aceites cítricos esenciales se encuentran en las flores, las hojas y las frutas. Pueden obtenerse por destilación o macerando las flores, las hojas y las cáscaras de fruta en aceite o en alcohol.
Un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Miguel Hernández en Alicante (España) sugiere la función antifúngica que podrían desempeñar los aceites esenciales de algunos cítricos.
Hace pocos días os hablamos en el blog de las virtudes cosméticas y medicinales del aceite esencial de limón. Entre ellas destacamos su poder astringente, bactericida y su capacidad para aumentar las defensas naturales del organismo. Otros aceites, como el aceite esencial de naranja, son relajantes y antidepresivos naturales. Mediante la realización de masajes, el aceite esencial de naranja actúa como un potente antiespasmódico (alivia los espasmos musculares y evita los calambres).
Debes tener en cuenta que todos estos aceites fotosensibilizan la piel. Es necesario evitar las exposiciones solares después de utilizarlos.
9) Aceite esencial de melisa
Se obtiene a partir de la destilación al vapor de las hojas y las flores de la melisa. De ello se consigue un aceite esencial de color amarillo claro y olor fresco.
El aceite esencial de melisa se cultiva en muchas regiones de Europa, Norteamérica y el norte de África, siendo Irlanda el principal productor del mundo.
Los expertos le atribuyen propiedades antidepresivas, antiespasmódicas, sudoríficas y febrífugas.
Es muy útil para proteger la piel del frío.
Puede aliviar problemas respiratorios como el asma y la bronquitis.
También se ha demostrado eficaz en el caso de enfermedades de la piel como eczema, acné o dermatitis.
Es necesario diluirlo en otro aceite vegetal para que no resulte irritante.
No se debe usar durante el embarazo.
10) Aceite esencial de sándalo
Se obtiene por destilación de la madera aromática del sándalo. De ello resulta un aceite denso, de color oro, con un aroma intenso y sutil.
Es un excelente aceite para la piel seca o agrietada. Suaviza y rejuvenece los tejidos, devolviendo la luminosidad perdida.
Además tiene un efecto calmante. Reduce la picazón en la piel, razón por la cual se utiliza para aliviar los síntomas de la dermatitis y el eczema.
Entre sus virtudes terapéuticas, cabe destacar que el aceite esencial de sándalo es un poderoso antiinflamatorio natural. Proporciona un alivio inmediato a los dolores musculares y articulares.
Su aroma es sedante. Actúa sobre el sistema nervioso eliminando las tensiones, ansiedad o irritabilidad. También mejora la calidad del sueño.
Para utilizarlo como aceite de masaje debe diluirse con otro aceite vegetal como el aceite de almendras dulces.
¿Te ha sido útil esta información? Te invitamos a leer también nuestro artículo «10 aceites maravillosos para cuidar tu piel» .
