Correr y trotar son las actividades físicas más practicadas por la población general. No es nada extraño sino ¡todo lo contrario! Los deportes al aire libre tienen muchos adeptos pues a algunas personas no les gusta entrenar en sitios cerrados ni gastar dinero en cuotas de gimnasio. Por otra parte, el running nos reporta una serie de beneficios para la salud que te resumiremos a continuación.


Ayuda a adelgazar y a mantener el peso ideal.

Es uno de los mejores deportes para la pérdida de peso. Puedes quemar hasta 300 kcal. en una sesión de 30 minutos corriendo a 9,6 km/h. Además, los corredores tienen un ritmo metabólico más alto y esto significa que continúan quemando calorías también en la fase de recuperación cuando el cuerpo está en reposo.

Tonifica los músculos.

Aparte de quemar calorías, el running mejora mucho el tono muscular de tus piernas. Es un deporte que trabaja principalmente el tren inferior del cuerpo pero también implica un esfuerzo de la musculatura superior. Los brazos nos ayudan a avanzar creando impulso, especialmente el dorsal ancho, los hombros y el deltoides. También fortalece los músculos abdominales (específicamente el transverso del abdomen y los oblicuos). Si quieres tener un cuerpo atlético es una de las actividades más indicadas para este fin.

Aumenta la capacidad cardiopulmonar.

Al correr no sólo entrenamos los músculos del cuerpo, también fortalecemos partes del sistema respiratorio como el diafragma. Esto aumenta la capacidad de los pulmones; podemos respirar mejor y la sangre cargada de oxígeno llega al corazón. En consecuencia, los músculos son capaces de obtener más energía y responder mejor a los estímulos. Con el paso del tiempo el corredor, además de perfeccionar su técnica, gana resistencia y mejora su rendimiento deportivo.

Previene la pérdida de densidad ósea.

El ejercicio de tipo aeróbico nos ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis. La doctora Victoria Stiles publicó un estudio en colaboración con las universidades de Exeter y Leicester según el cual correr tan sólo un minuto al día de manera intensa contribuye a mantener los huesos fuertes.

Favorece el tránsito intestinal.

Salir a correr también favorece el tránsito intestinal, regula los hábitos de evacuación y previene el estreñimiento. Según un estudio en el que participaron varios científicos de Harvard, durante la carrera las vísceras se mueven activando el tracto digestivo. Este movimiento ejerce una presión adicional sobre el colon similar a la que sentimos cuando el intestino está lleno, lo que nos provoca la necesidad de evacuar.

Fortalece el sistema inmunitario.

El ejercicio provoca cambios en los anticuerpos y los glóbulos blancos (GB), las células del sistema inmunitario encargadas de combatir las enfermedades. En este sentido, la intensidad parece ser un factor de estímulo mayor que la duración del ejercicio. Un estudio comparó los resultados de correr 30 minutos a alta intensidad (80% VO2) y 120 minutos a baja intensidad (60% VO2). Los corredores que entrenaron durante más tiempo obtuvieron una peor respuesta inmune que los que hicieron entrenamientos cortos pero de alta intensidad. Posiblemente se debe a que las carreras largas agotan las reservas de energía que utilizan las células del sistema inmunitario.

Reduce el estrés.

Uno de los efectos más positivos del running es su utilidad para combatir el estrés. Correr produce un aumento de los niveles de noradrenalina, una sustancia implicada en la respuesta del organismo ante situaciones de estrés. También aumenta los niveles de serotonina a nivel cerebral, reduciendo la ansiedad y los síntomas depresivos.

Propicia un sueño reparador.

Correr 30 minutos diarios mejora la calidad del sueño. Los individuos que practican running suelen dormir más y mejor. Esto se debe a la activación del sistema nervioso parasimpático que tiene lugar entre 3 y 4 horas después de salir a correr. Se producen una serie de cambios que preparan al cuerpo para entrar en reposo: disminución de la frecuencia cardíaca, de la tasa metabólica y la temperatura corporal, facilitando de este modo la conciliación del sueño.

Mejora el estado de ánimo.

El ejercicio físico libera endorfinas y otras sustancias químicas como la serotonina y la dopamina que envían señales positivas al cerebro mejorando nuestro estado de ánimo. Si has tenido un mal día ¡nada mejor que salir a correr para despejar la mente un rato!

Aumenta la motivación y la confianza.

Algunas personas salen a correr por salud, otras por superar metas personales y otras por competir. Está claro que tener objetivos y alcanzarlos mejora nuestra autoestima. Eso sí, la motivación no viene sola… Debes poner un poco de tu parte para comenzar el día con una actitud positiva.

¿Te han gustado estos consejos? Cuéntanos cómo empezaste a correr y qué es lo que más te enganchó de este deporte.