En muchas ocasiones hemos comentado en el blog las virtudes que tiene masaje como terapia para combatir el estrés y las enfermedades que se derivan del mismo, para rejuvenecer la piel, eliminar la celulitis o aliviar los dolores musculares.

En concreto, nos hemos referido a los beneficios del shiatsu y del masaje ayuvédrico. Sin embargo, en Occidente también se han desarrollado técnicas basadas en la fisiología y la anatomía y una de las más tradicionales es el masaje sueco que fue inventado por Henrik Ling en 1830 en Suecia, extendiéndose a finales de ese mismo siglo por todo el continente y los Estados Unidos.

masaje sueco


El masaje sueco también utiliza aceites esenciales en su realización para deslizar las manos de forma suave por el cuerpo. Los movimientos que utiliza son siempre en sentido ascendente y contrarios al riego sanguíneo para estimular la circulación.

Existen hasta 7 tipos de movimientos:

  1. Effleurage: movimientos largos en dirección corazón. Ayudan a distribuir el aceite por la piel, calentar y relajar los músculos.
  2. Petrissage: movimientos similares a los que se realizan al amasar. Relajan y estimulan la circulación sanguínea.
  3. Presión de puntos: consisten en ejercer presión con los dedos para liberar tensión o bien para aliviar dolores musculares.
  4. Fricción profunda: movimientos profundos para relajar los músculos.
  5. Rodillos: se pellizca un área pequeña de la piel y se va enrollando para estimular la circulación a nivel de los tejidos.
  6. Tapotement: con las palmas de las manos cerradas el terapeuta da pequeñas palmaditas al paciente en los músculos.
  7. Cepillado con los dedos: movimientos muy suaves con la punta de los dedos para calmar los nervios e inducir a la relajación. Se realizan al final del masaje.

Dependiendo del terapeuta las sesiones de masaje sueco suelen durar entre 30 y 90 minutos. Deben abstenerte de este tratamiento personas con fracturas o con problemas circulatorios graves.