¿Notas que han aparecido pequeños granitos en tu espalda, la parte posterior de tus brazos o tus nalgas? Esta afección de la piel recibe el nombre de queratosis folicular. Los motivos de su aparición son diferentes, sobre todo hereditarios pero también puede influir una dieta poco equilibrada con carencias de grasas beneficiosas como el omega 3 (pescado azul, aceite de oliva) que causan que poco a poco la epidermis se reseque y el vello corporal quede enquistado bajo la piel.


La solución pasa por cambiar nuestros hábitos alimenticios e incorporar alimentos ricos en estos nutrientes. En nuestro artículo «5 tips para eliminar el vello enquistado», os hablamos también de la importancia de exfoliar nuestra piel a menudo. Exfoliación e hidratación son las claves para tener una piel suave, brillante y tersa.

Antiguamente, existía el hábito de exfoliar la piel durante el baño utilizando una esponja o guante de crin, pero luego esta costumbre se perdió y actualmente, la mayoría de las mujeres sólo recurre a tratamientos corporales exfoliantes antes de una fiesta, una boda o una ocasión especial.

La exfoliación siempre que no sea agresiva es muy beneficiosa para la piel, pues al retirar las células muertas, favorecemos su oxigenación, la regeneración celular y también optimizamos los beneficios de las lociones y cremas hidratantes que aplicaremos después. Con la piel perfectamente limpia y sin los poros obtruidos, los principios activos y nutrientes de éstas, traspasan fácimente la barrera de la epidermis.

Por este motivo, te recomendamos reincorporar la exfoliación como una de tus rutinas esenciales de belleza para el cuidado de tu piel después del baño. La frecuencia ideal con la que debes exfoliar tu piel es de una o dos veces por semana, dependiendo de si esta es normal o sensible. Después de hacerlo, aplícate con un suave masaje, una crema o loción hidratante especial para tu tipo de piel o bien un aceite corporal con propiedades antioxidantes.

En ocasiones especiales, puedes recurrir a un tratamiento de exfoliación intenso en un spa o bien hacerlos en tu propia casa.

En los spas encontrarás tratamientos corporales muy variados. Algunos de ellos utilizan ingredientes naturales como base exfoliante; por ejemplo, la sal (Salt Glow), el café, el chocolate o la pulpa de algunas frutas como la papaya. En otras ocasiones, se utilizan fórmulas químicas compuestas a base enzimas y ácidos como el ácido glicólico para conseguir un efecto «peeling» en las capas más profundas de la piel.

Las sesiones terminan con la aplicación de un tratamiento de hidratación profunda; generalmente emplastos y mascarillas corporales a base de lodos, algas marinas, arcilla, extractos de plantas (fitoterapia), parafina o aceites esenciales. Tu piel quedará suave como la seda. Además, estarás atendida por profesionales y podrás disfrutar de otras terapias alternativas que se ofrecen en los recintos de spa como la aromaterapia, los baños turcos, sauna, etc.

Sin embargo, si no tienes tiempo o no está al alcance de tu bolsillo disfrutar de este capricho de vez en cuando, también puedes elaborar tus propios tratamientos exfoliantes caseros desde la comodidad de tu hogar. En las perfumerías y tiendas de cosmética natural, venden productos específicos con este fin, que además de limpiar la piel de impurezas, la nutren en profundidad al estar enriquecidos con complejos vitamínicos como el retinol o el ácido glicólico.

Pero si lo que buscas son recetas caseras 100% naturales y que puedas preparar tú misma sin ningún tipo de aditivo (y además muy económicas), hoy te enseñaremos a crear tres tipos de exfoliante corporal: con miel y azúcar, otra a base de fresas y finalmente una de rosas y manzanilla. Elige la más adecuada a tu tipo de piel y disfruta de la sensación única que te brindan los tratamientos de cosmética natural para relajarte y verte más guapa.

Te recomendamos que agregues unas gotitas de aceite esencial a tus mascarillas para obtener fragancias deliciosas. Además algunos aceites como el aceite de abedul, pueden ser muy efectivos a la hora de tratar otras afecciones como la piel de naranja.

Mascarilla exfoliante corporal de miel y azúcar

Necesitas:

Preparación: en un recipiente, emulsiona bien todos los ingredientes y conserva la mezcla en un frasco de cristal hermético. Utilízala cada 15 días durante el baño, y sobre la piel aun mojada, antes del último aclarado. Luego debes hidratar tu piel con alguna crema de efecto calmante como las formuladas en base a manzailla para aliviar la pequeña irritación que se produce al retirar la capa de células muertas.

Mascarilla exfoliante corporal de fresas

Necesitas:

  • Media taza de fresas frescas o congeladas
  • Media taza de azúcar de grano medio
  • Una pizca de nuez moscada en polvo
  • Una pizca de cardamomo en polvo
  • Una pizca de clavo en polvo
  • Una cucharadita de la ralladura de la cáscara de una naranja o de un limón
  • Una taza de aceite vegetal de almendras, linaza, oliva o avellana.

Preparación:

Licúa las fresas y agrega los restantes ingredientes removiendo bien hasta formar una pasta homogénea. Báñate como de costumbre, y antes del último aclarado, aplícate esta pasta insistiendo, sobre todo, en las zonas más resecas y ásperas de tu cuerpo. Retírala con abundante agua fría y sin usar jabón.

Exfoliante corporal de rosa y manzanilla

Necesitas:

Preparación:

Mezcla el aceite vegetal con los aceites esenciales y el azúcar. Toma tu baño de forma habitual y frota con ayuda de una esponja por todo tu cuerpo, poniendo énfasis en las zonas más ásperas. Realiza el último aclarado con agua fría y sin jabón, para tonificar y cerrar los poros. Aplícate tu hidratante favorita.