Aquellos días en que tu cara delate el cansancio acumulado, corta el extremo de un pepino, redondea el corte, para que tenga una forma más adaptable a los ángulos de la cara, y pásalo por todo el rostro como si fuese un «stick» en roll-on, haciendo especial hincapié en la cuenca de los ojos y las sienes. Si dispones de tiempo, corta una docena de rodajas muy finas y repártelas por todo el rostro, dejando actuar 20 minutos. En ambos casos, lávate la cara con agua fría y comprueba por ti misma los resultados.