Casi todas las madres primerizas suelen preocuparse mucho por el peso del bebé. Sin embargo, en los últimos años, se ha extendido un trastorno alimenticio consistente justamente en lo contrario. Los psicólogos y expertos en salud mental lo denominan mamirexia o pregorexia y consiste en el terror a engordar excesivamente durante el embarazo.


Es un hecho totalmente natural subir de peso durante esta etapa. Se calcula que una mujer gestante, sin sobrepeso y con un IMC adecuado a su talla, aumenta entre 9 y 15 kg hasta la etapa final de su embarazo.

La obsesión por no perder su figura, hace a veces que las futuras mamás se fijen en los ejemplos de otras mujeres famosas: modelos, cantantes, actrices, que logran volver a su peso de siempre desde el parto en un tiempo récord.

Las mamiréxicas llegan a controlar cada caloría que consumen durante su embarazo, siguiendo a veces una dieta tan estricta que puede afectar al desarrollo del feto.

Otras mujeres llegan más lejos y pueden llegar a programar una cesárea o parto inducido al octavo mes para no engordar demasiado. En otros casos, se renuncia a la lactancia materna para que los senos no se vuelvan flácidos.

Realmente, quedarse embarazada es una decisión muy importante en la vida de toda mujer. Si te preocupa mucho tu aspecto físico o necesitas conservar tu silueta por tu profesión u otros motivos, debes meditar si dar este paso. No todas las mujeres se recuperan al mismo ritmo, pero la clave para mantenerte en tu peso es seguir unos hábitos alimenticios saludables, comer variado y sin saltarse ninguna comida, y realizar algún tipo de actividad física suave. Existen además tratamientos de belleza postparto que pueden ayudarte a corregir la flacidez, las estrías y otros problemas derivados del embarazo sin necesidad de caer en trastornos alimenticios de los que podrías arrepentirte después.