Las mujeres japonesas son admiradas en todo el mundo por la calidad y belleza de su piel, de textura más uniforme y menos proclive a sufrir arrugas. Además de contar con una genética afortunada en este sentido, las japonesas siguen unos hábitos de vida saludables que se reflejan en la luminosidad y suavidad de su cutis: su dieta escasea en grasas animales e incorpora, por contra, alimentos como el pescado y derivados de la soja ricos en Omega-3.


Otro factor a tener en cuenta es que en Japón se concede una importancia especial al cuidado facial dentro de los tratamientos de belleza, conservándose en buena medida las costumbres y tradiciones que perviven de abuelas a nietas. La famosa cosmetóloga Chizu Saeki, nos revela algunos de estos secretos para tener una piel bonita sin necesidad de gastar mucho dinero en costosas cremas y cosméticos, pero aprendiendo a utilizar inteligentemente los productos que tenemos.

Observa tu piel

Conocer nuestra piel es imprescindible para dispensarle los cuidados que necesita. Coge un espejo de mano y estira el brazo sobre la cabeza, entonces verás cómo era tu rostro hace cinco años. Si colocamos el espejo de frente, veremos cómo somos en el momento actual. Pero si situamos el espejo a la altura del pecho y miramos nuestro reflejo hacia abajo, veremos cómo será nuestra cara dentro de cinco años si no nos cuidamos. ¡Empieza a cuidar tu piel ahora! Recuerda que la prevención es la clave para tener un cutis joven y sin arrugas.

Con el calor, los productos penetran mejor

No te limites a extender tu crema hidratante sin más. Si previamente la calientas en tus manos, se multiplicará su eficacia y su capacidad de absorción. Después de aplicártela, envuelve el óvalo de tu cara con las manos. De este modo estarás sellando las propiedades de la crema en tu piel. Realiza una serie de digitopresiones en determinadas partes de tu cara como el entrecejo o las comisuras de los labios para aliviar la tensión de los músculos faciales y prevenir la aparición de arrugas.

Aprovecha el momento de la ducha para hacer tus exfoliaciones semanales

Entonces, el poro estará totalmente abierto gracias al vapor y será más sencillo limpiar las impurezas.

No satures tu piel

Una vez a la semana no te maquilles ni te eches cremas. De esta forma le estaremos dando tiempo a la piel para descansar y recuperarse.