Así lo han confirmado investigaciones publicadas por la revista «Cell» según la cual la exposición crónica a los rayos ultravioleta provoca la liberación de hormonas del bienestar llamadas endorfinas. Estas actúan al igual que la heroína y otro tipo de medicamentos provocando dependencia física y una sensación de alivio de ciertos dolores.


Obviamente, tomar el sol no tiene efectos tan nocivos como las drogas pero sí conlleva riesgos para la salud en aquellas personas que abusan de ello exponiéndose horas y horas. El melanoma o cáncer de piel es una de las consecuencias más perjudiciales que conlleva pero otras afecciones estéticas pueden ser las manchas, quemaduras o el fotoenvejecimiento.

Así que ya lo sabéis, este verano conviene ser precavidas y cuidar nuestra piel bajo el sol, usar cremas fotoprotectoras y no abusar de las horas de exposición.