Han transcurrido casi veintitrés años de la aprobación del bótox para fines estéticos por parte de la FDA, y ocho desde que se inició su venta en España bajo el nombre de Vistabel. No es extraño pues que el producto y las técnicas de aplicación hayan evolucionado.


Los laboratorios Galderma han lanzado recientemente al mercado su nueva versión de la toxina botulínica bajo el nombre comercial de  Azzalure. Esta toxina deriva de una cepa de Clostrydium Botulinum distinta a la que genera la toxina de Vistabel. Sus efectos sobre el músculo son similares aunque los resultados que ofrece tardan menos en apreciarse (eso sí, su duración es similar).

Se recomienda iniciar este tratamiento estético a partir de los 30-35 años para atenuar las arrugas de expresión (aquellas que surgen como consecuencia de los espasmos de los músculos faciales). Las sesiones deben repetirse cada seis meses aproximadamente para mantener los resultados.