Últimamente se ha puesto muy de moda el uso de las fajas para lucir una silueta perfecta. Ya lo hemos visto en Kim Kardashian y otras celebrities que se han vuelto incondicionales de este truquito para verse bien con vestidos muy ajustados. Sin embargo, aún cuando necesitemos ocultar algún que otro kilo de más, debemos ser precavidas ya que el uso continuado de fajas puede tener repercusiones en la salud.


Es cierto que no todas las fajas son iguales. Dentro de las de tipo Spanx hay algunas que sólo ejercen algo de sujección y otras muy apretadas. Luego están las fajas post-parto o las fajas que se utilizan después de un tramiento quirúrgico de liposucción durante un período determinado. El problema consiste en que algunas personas recurren a ellas todos los días y en este caso pueden aparecer problemas de salud que normalmente desaparecen cuando se deja de usar la prenda.

Los más comunes son de tipo digestivo. No es inusual sentir reflujo estomacal después de llevarlas largo rato. Definitivamente si pensamos hacer una comida o cena abundante podremos sentirnos bastante incómodas si optamos por ponernos una faja.

Otro tipo de problemas frecuentes son los de tipo circulatorio. Pueden aparecer varices o hinchazón si usamos fajas demasiado ajustadas ya que obstalizamos la circulación de retorno.

Por último, aunque de forma aislada, pueden darse casos de infecciones. Sucede cuando las fajas nos aprietan tanto que dificultan la eliminación del sudor. En las zonas húmedas las bacterias pueden proliferar causando infecciones. Lo mejor es no ponernos nunca una faja inmediatamente después de ducharnos.

Con todos estos consejos no queremos decir que llevar fajas sea peligroso. Solamente debemos tener moderación y tratar de no recurrir a ellas a diario.