Hoy volvemos a retomar en nuestra sección de cosmética natural, un tema que ya hemos tratado varias veces pero en el que resulta imposible dejar de indagar: el de los aceites esenciales.


Existen muchas variedades y la mayoría de ellos tienen propiedades dermatológicas increíbles, pero dependiendo del tipo de piel, algunos de ellos son más aconsejables que otros.

Pieles grasas o con tendencia al acné

Elige aceites esenciales con propiedades astringentes y antibacterianas (por ejemplo, el aceite esencial de ciprés, de geranio, de limón, de árbol de Té, de toronja o de madera de cedro).

Pieles secas

Tienen tendencia a desescamarse o a volverse hiper-sensibles ante los cambios climáticos, el estrés o en respuesta a ciertos tratamientos de uso tópico que pueden alterar su PH natural. Lo mejor es tratarlas con aceites esenciales calmantes, equilibrados y suaves (de rosas, lavanda, jazmín o Nerolí).

Pieles maduras

Para evitar la aparición de arrugas y la pérdida de elasticidad, opta por aceites esenciales con propiedades regeneradoras (aceite de salvia, de mirra, de rosa damascena o de hinojo). ¡Son el mejor tratamiento antiedad natural que existe!

Recuerda, además, que todos estos aceites esenciales pueden aprovecharse también en tratamientos corporales. Para ello sólo tienes que añadirlos a una base cosmética neutra o, en el caso de las exfoliantes, un grano de textura suave como el azúcar.