Exponerse al sol de forma continuada y sin protección es una de las principales causas de la aparición de manchas y arrugas.


Con todo, el fotoenvejecimiento es sólo la parte estética del problema. Prescindir del uso de fotoprotectores puede provocar enfermedades dermatológicas más serias: desde irritación, quemaduras leves a otras afecciones mayores.

Una de las más comunes es la urticaria solar. Se manifiesta en la aparición de enrojecimiento, inflamación, irritación o aparición de ronchas en las partes más expuestas. Para evitarlo usa filtros solares de alta protección (mín. FPS 30). Si tu piel es muy blanca o sensible necesitas protección especial. Algunos bloqueadores como Prozone contienen melanina, un fotoprotector natural que nos protege de las radiaciones solares sin producir alergias.

Por otra parte, las altas temperaturas pueden agravar los cuadros de dermatitis. Los alérgenos infecciosos, hongos y bacterias se reproducen rápidamente cuando la transpiración es excesiva. Si sientes picazón o han aparecido escamas en tu rostro, lo mejor es prescindir de la base de maquillaje por un tiempo y utilizar productos hipoalergénicos y con propiedades calmantes en tu limpieza facial.

Para aliviar la inflamación que produce la dermatitis corporal, aplica compresas frías sobre las zonas afectadas. También existen productos con efecto calmante y antiinflamatorio como el Agua Termal de Uriage. En todo caso, si sospechas que han aparicido hongos, infecciones o la piel se agrieta, es conveniente visitar a un dermatólogo.