Cruzar las piernas al sentarnos es una postura que adquirimos casi de forma automática. Socialmente tiene connotaciones de elegancia y sensualidad. Rápidamente nos acostumbramos a cruzar las piernas sin reflexionar y pocas veces conocemos las implicaciones que este gesto conlleva para nuestra salud.

Aunque te sientas hermosa apoyando una pierna sobre otra, piensa en las consecuencias a largo plazo:

  • Mantener una misma postura durante muchas horas puede causar una patología llamada parálisis del nervio peroneo. La posición que la provoca con mayor frecuencia es la de piernas cruzadas.
  • Cuando te sientas durante mucho tiempo con las piernas cruzadas, aumenta la presión sanguínea de tu cuerpo. Esto se debe a que poner una rodilla sobre la otra envía sangre de las piernas hacia el tórax, lo cual resulta en más sangre bombeada desde el corazón. Las personas con presión arterial elevada suelen ser las más afectadas.
  • A nivel óseo, las articulaciones de la cadera sufren. Abusar de esta postura puede provocar a la larga descompensaciones en la pelvis.
  • Otra consecuencia a nivel estético, es la aparición de pequeñas varices. Existen unas pequeñas válvulas en los vasos sanguíneos que regulan el flujo de la sangre, y estas se debilitan cuando cargamos el peso de una pierna sobre otra. La sangre se estanca y las venas se hinchan.
  • Por último un estudio concluyó que las personas que se sientan con las piernas cruzadas más de tres horas al día, pueden adquirir una postura encorvada y poco saludable para la columna vertebral.

¡Toma conciencia de este hecho a la hora de sentarte! Tu salud te lo agradecerá.