Muchas veces os hemos comentado en el blog las repercusiones a nivel estético que tiene un adelgazamiento demasiado rápido. El cuerpo entra en proceso de catabolismo lo que conlleva pérdida de masa muscular y flacidez. Pero existen además otras consecuencias nefastas para la salud.


Cuando existe un desequilibrio entre proteínas, lípidos y azúcares, nuestro cuerpo se ve sometido a un fuerte estrés oxidativo. Esta situación puede verse agravada por el tabaquismo, el abuso de café, el exceso de carnes rojas y alcohol o el elevado consumo de alimentos procesados ricos en grasas saturadas.

Todos estos factores exponen nuestro organismo a una fuerte carga oxidativa de la que cuesta deshacerse. Una alimentación rica en antioxidantes puede ser clave para gozar de una buena salud. Los compuestos fitoquímicos son poderosos aliados para expulsar de nuestro organismo las toxinas que no necesita.

Estos últimos años se han puesto muy de moda las llamadas «dietas detox» o «desintoxicantes». Nos referimos con este término a un grupo de dietas que tienen como finalidad depurar de toxinas y desechos metabólicos nuestro organismo. Como sabéis, la acumulación excesiva de toxinas puede hacer que nos sintamos cansadas, que tengamos digestiones pesadas, estreñimiento, acné o celulitis (entre otras cosas).

Las dietas desintoxicantes favorecen la diuresis, el tránsito intestinal, desinflaman el hígado y reducen los niveles de colesterol en sangre. Aúnan conceptos de naturopatía y nutrición. Si se llevan a cabo de forma correcta pueden ser muy beneficiosas para la salud. El problema surge cuando se prolongan demasiado en el tiempo o cuando se realizan sin supervisión médica y bajo parámetros muy severos (una dieta a base de zumos y caldos vegetales no es una dieta depurativa sino una dieta suicida y una amenaza para la salud).

Entre los principales riesgos de una dieta detox llevada al extremo está la carencia de micronutrientes esenciales como el magnesio (su déficit está asociado a problemas de mala absorción, pérdida de apetito, debilidad o diarreas). El potasio es otro micronutriente esencial, especialmente para las funciones cardiovasculares. Si bien no conviene comer sal en exceso, la falta de sodio también puede ser perjudicial, acarrea cansancio, náuseas y malestar en general.

Otro punto a tener en cuenta es que el adelgazamiento que se produce durante las dietas rápidas es ficticio ya que al perder masa muscular el metabolismo basal también disminuye. En cuanto abandonamos la dieta, volvemos a recuperar el peso perdido.

Recuerda que cualquier tipo de dieta rápida sólo está permitida durante unos días ya que si la extendemos en el tiempo podemos provocar un déficit de vitaminas y minerales importantes para la salud. Si necesitas perder más que un par de kilos, déjate asesorar por un experto endocrino o nutricionista que valore tu caso, analice tus hábitos alimentarios y diseñe un plan de alimentación completo para ti.