La reflexología es una técnica de masaje con fines terapéuticos o estéticos. Se basa en el conocimiento del mapa de nuestro cuerpo, el cual posee «zonas reflejo» capaces de enviar estímulos sensoriales a nuestros órganos o glándulas (de ahí que también se llame «terapia zonal»).

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Hoy en día los científicos han demostrado la existencia de estas interconexiones, sin embargo la reflexología es una de las terapias de salud más antiguas que se conocen. ¿Te gustaría saber algo más sobre esta técnica?

Los orígenes de la reflexología

Se remonta a la Antigua China hace 5000 años. También forma parte de otras culturas: Egipto, India… entre los pieles rojas, los mayas, los mapuches, los incas y algunas tribus africanas.

En Europa los primeros escritos sobre reflexologían datan del siglo XVI pero las investigaciones científicas sobre esta terapia comenzaron a principios del siglo XX de la mano de los doctores William Fitzgerald y de Eunice Ingham, quienes dividieron el cuerpo humano en diez zonas verticales: de la cabeza a la punta de los dedos de los pies y de la cabeza a la punta de los dedos de las manos, comprobando que al ejercer presión sobre ciertos puntos se podía aliviar el dolor de otras áreas.

Tipos de reflexología

Aunque la reflexología podal y facial son las técnicas de digito-presión más conocidas, existen otras variedades. Algunas de ellas son:

  • Reflexología de la mano.
  • Reflexología de dedos y uñas.
  • Reflexología del cuero cabelludo.
  • Reflexología auricular (reflexología aplicada al pabellón auditivo).
  • Reflexología del abdomen.
  • Reflexología de la piel.
  • Iridiología (diagnóstico de enfermedades de las zonas microreflejas en el iris de los ojos).

¿En qué casos están indicadas las sesiones de reflexología?

Esta terapia alternativa puede estar indicada en los siguientes casos para complementar los efectos de un tratamiento médico:

  • Para aliviar el dolor
  • Para eliminar impurezas y toxinas de nuestro organismo
  • Para mejorar la circulación
  • Para reducir el estrés
  • Para reforzar las defensas del sistema inmunológico
  • Cuando existen otras molestias: gastritis, cefaleas o contracturas musculares.

Según los expertos, la reflexología nos aporta beneficios tanto físicos como psicológicos. Mejora las defensas reactivando la función linfática, activa el metabolismo y ayuda a eliminar toxinas, regula la digestión y potencia el equilibrio de la energía vital.

En el plano psicológico, la reflexología aumenta la autoestima, libera tensiones acumuladas, nos rejala y ayuda a dormir mejor.

La explicación neurofísica parte de la base de que todas las partes de nuestro cuerpo están interconectadas. Solamente en los pies existen 7200 terminaciones nerviosas con extensas interconexiones a través de la médula espinal, con el cerebro y todo el cuerpo (por esta razón nos sentimos tan bien cuando nos masajean los pies).

La segunda explicación es la energética (que también sirve de base a otras terapias alternativas como la acupuntura). Según esta teoría la energía circula a lo largo del cuerpo por unos canales llamados meridianos. En ellos hay una serie de puntos que si se estimulan pueden regular la circulación de la energía corporal. Si la enfermedad de un órgano ocasiona un desequilibrio energético, bastaría con actuar sobre los puntos interconectados con dicho órgano para reconducir la energía y mejorar así el estado de salud del paciente.

La técnica

Consiste en 45 minutos de masaje zonal y presión en determinados puntos ligados, por vías reflejas, a los órganos internos del cuerpo.

Contraindicaciones

No se recomienda la aplicación de la reflexología en estos casos:

  • Mujeres embarazadas o con riesgo de aborto
  • Enfermedades infecciosas
  • Hongos o heridas en la piel
  • Callosidades
  • Enfermedades que afecten al sistema linfático