Junto con los aceites esenciales, la arcilla es uno de los elementos más empleados en cosmética natural para cuidar y revitalizar la piel.

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Se utiliza para elaborar mascarillas, peelings, envolturas corporales para combatir la celulitis, e incluso en ungüentos para regenerar la piel de heridas o quemaduras. Y es que a parte de las virtudes cosméticas que todos conocemos, la arcilla posee muchas propiedades terapéuticas.

A continuación, te enumeraremos algunas de ellas.

Beneficios de la arcilla para la salud y el cuidado de la piel

Aunque existen distintos tipos de arcilla, todas ellas poseen características similares:

  • Es antiséptica y desinfectante. Arrastra todo tipo de impurezas.
  • Calmante y antiinflamatoria: pueden usarla personas que sufren afecciones de la piel como la dermatitis, ya que calma el dolor y reduce la inflamación.
  • Revitaliza la piel: su alto contenido en minerales refuerza las defensas naturales de la piel, regenerándola desde el interior.
  • Mejora la circulación: las arcillas (en especial la blanca y la verde) tienen propiedades depurativas, descongestivas, combaten la retención de líquidos y mejoran el flujo sanguíneo, algo muy beneficioso en el caso de tener varices o celulitis.
  • Regenera los tejidos: los minerales que contiene la arcilla no sólo contribuyen a reforzar las defensas naturales de la piel; también aportan a las células los nutrientes necesarios para regenerar los tejidos dañados, favoreciendo así su regeneración.

La composición de la arcilla

La arcilla es un sedimento formado por la acumulación de minerales acumulados por la erosión de las rocas durante millones de años.

Está compuesta principalmente por silicatos en forma de láminas y por eso posee una capacidad extraordinaria para absorber. Algunos de los minerales que más abundan en la arcilla son: hierro, sílice, magnesio, calcio, sodio y potasio.

La composición básica de los diferentes tipos de arcilla es muy similar. Lo que determina su color y propiedades es la mayor presencia de un mineral sobre otro, dependiendo de su estado evolutivo.

A la hora de comprar arcilla de uso cosmético…

Te recomendamos adquirirla siempre en un herbolario o tienda de productos ecológicos. Siempre en su forma pura, en polvo y sin ningún tipo de aditivo químico.

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La arcilla es uno de los productos más económicos dentro de la cosmética natural. Además, la arcilla pura en polvo no tiene fecha de caducidad por lo que puede guardarse durante mucho tiempo si se conserva en óptimas condiciones.

Precisamente por ser un producto tan barato y accesible, muchas marcas de cosméticos sintéticos han desarrollado productos que ofrecen resultados similares, relegando así el uso de la arcilla a un segundo plano y extendiendo algunas creencias inciertas como que «irrita la piel» o «puede resultar demasiado agresiva para la piel fina o seca»… nada de esto es verdadero.

Como ya sabes, para aplicar la arcilla sobre la piel, es necesario mezclarla previamente con agua hasta lograr la consistencia adecuada. Sin embargo lo que tal vez no sepas es que siempre debe hacerse con agua destilada (nunca agua del grifo). De este modo reducimos la carga bacterial del agua empleada en los tratamientos de tipo dermatológico. Otra posibilidad es hervir el agua, elaborar una infusión de manzanilla, dejar que enfríe e incorporarla a la arcilla. Esta mezcla es ideal cuando buscamos un efecto calmante en nuestras mascarillas.

Utilidades de la arcilla

La arcilla puede emplearse en muchos tratamientos terapéuticos y dermatológicos…

  • Para rejuvenecer la piel: en este caso te recomendamos que uses arcilla blanca, ya que tiene propiedades reafirmantes (lee este artículo para aprender a aplicarla).
  • Para la piel grasa: lo más conveniente es usar arcilla verde ya que tiene propiedades astringentes y es muy útil para desincrustar las impurezas que taponan los poros.
  • Para la piel sensible: utiliza arcilla verde combinada con caléndula para calmar la irritación de la piel.
  • Para la celulitis y las varices: la arcilla blanca puede ayudarte a mejorar la circulación y a depurar toxinas. Puedes combinarla con un tratamiento de vendas frías parar potenciar sus efectos.
  • Para dolores musculares y articulares: te recomendamos hacer emplastos de arcilla roja con aceites vegetales para reducir la inflamación.
  • Para favorecer la cicatrización: mezcla arcilla verde con un poquito de aceite de lavanda o unas gotitas de aceite esencial de árbol de té. Debe aplicarse sobre heridas en proceso de cicatrización (nunca heridas abiertas) para favorecer la regeneración de los tejidos.