Los aceites esenciales reúnen de forma concentrada los activos vegetales más beneficiosos de las plantas. Tienen la capacidad de regenerar los tejidos, mejorar los procesos de cicatrización, eliminar manchas o tratar enfermedades de la piel como la psoriasis.

Se extraen de diferentes partes de la planta (semillas, cortezas, tallos, raíces, flores). Algunos son relativamente fáciles de obtener y otros requieren procesos muy delicados y gran cantidad de materia prima para extraer apenas unas gotas de esencia.

Dado que los aceites esenciales son muy potentes podrían irritar la piel, siempre debemos diluirlos en otra sustancia que puede ser un aceite vegetal (oliva, almendra, sésamo, lino, aguacate, argán, coco, etc.), ceras, grasa o otros componentes vegetales como el gel de aloe vera.

Una forma rápida y sencilla de aprovecharnos de sus virtudes es añadiendo un par de gotitas de aceite esencial a nuestra crema hidratante, champú o mascarilla.

En este caso debes tener cuidado con los aceites esenciales cítricos (limón, bergamota, naranja…) ya que vuelven la piel fotosensible y podrían aparecer manchas si después de aplicarlos te expones al sol. Lo mejor es usarlos por la noche o bien en zonas del cuerpo que queden tapadas por la ropa.

¿Y qué aceites esenciales podemos usar?

Existen muchas posibilidades, algunos de los más conocidos son:

  • Aceite de naranja dulce: tiene propiedades desinfectantes y un delicioso aroma. Ideal para añadir a tus cremas hidratantes.
  • Aceite de limón: antiséptico y depurativo. Además tiene propiedades despigmentantes y puede ayudarnos a borrar pequeñas manchitas del rostro. Gracias a su alto contenido en vitamina C y antioxidantes ayuda a mejorar la firmeza de la piel.
  • Aceite de menta: es fresco y estimulante. Ideal para hacer masajes.
  • Aceite de lavanda: uno de los más valorados en aromaterapia por sus propiedades relajantes. Además favorece los procesos de cicatrización.
  • Aceite de enebro: energizante. Mejora la circulación y produce sensación de calor. Es muy útil para dar masajes en la zona lumbar.
  • Aceite de geranio: es un excelente regenerante cutáneo. Fantástico para pieles maduras.
    Aceite de árbol de té: tiene propiedades antifúngicas y antibacterianas. Puedes aplicarlo directamente para tratar problemas de hongos.
  • Aceite de palmarrosa: ideal para pieles con acné y psoriasis ya que desinflama los tejidos.
    Aceite de romero: mejora la circulación. También ayuda a combatir la aparición de caspa si añades unas gotitas a tu champú habitual.

Debes tener en cuenta que los aceites esenciales deben comprarse siempre en herbolarios o tiendas de cosmética natural (mejor si son ecológicos). No son esencias artificiales. Estas últimas son preparados sintéticos con aroma, pero no tienen propiedades terapéuticas.

Consérvalos en lugares oscuros y mantenlos alejados de los niños o mascotas.