El Kobido o lifting facial japonés es una de las terapias de belleza más antiguas que se conocen. Este tipo de masaje utiliza técnicas ancestrales de reflexología para combatir el envejecimiento de la piel. De este modo nos ayuda a eliminar toxinas y trabaja sobre la musculatura profunda del rostro, tonificando los tejidos cutáneos.
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Un poco de Historia

Los orígenes del Kobido se remontan a los tiempos del Emperador Huan-Di (2698 al 2598 a. C.) a quien se atribuye la invención de los principios de la medicina tradicional china, el Neijing o Canon médico del Emperador Amarillo, que según la leyenda fue compuesto en colaboración con su médico Qi-Bo.

En sus orígenes el AN-MO (significa frotar y empujar en chino) tiene por objetivo el mantenimiento o restablecimiento de la salud, preservando constante y en equilibrio el flujo de energía vital (Qi) por todo el cuerpo a través de sus meridianos, que son como ríos que recorren el cuerpo transportando el flujo de energía vital.

Es el equilibrio de dicho flujo el que evitará la aparición de la enfermedad y su restablecimiento ayudará al cuerpo potenciando su sistema inmunológico.

Hacia el año 1300 d. C. los conocimientos de la medicina China llegaron a Japón. El AN-MA, en japonés, se mantuvo fiel al objetivo de mantener el flujo de Qi para estimular la capacidad curativa del cuerpo. A través de los años el AN-MA fue especializándose y adquiriendo características propias y distintas de las del original AN-MO.

En el año 1472, la Emperatriz de Japón, al solicitar sus tratamientos de belleza requirió específicamente el masaje Kobido, convirtiéndose en un tratamiento exclusivo de la familia imperial, por lo que el Kobido es un masaje que pocos ciudadanos de Japón conocen y aún menos han experimentado.

La técnica del Kobido se ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos. El conocimiento de este masaje facial solo se trasmitía del maestro al alumno. El maestro Ito, que fue durante 50 años el Gran Maestro del Linaje Kobido, designó a Shogo Mochizuki como sucesor. En 1984 Shogo Mochizuki se traslada a Estados Unidos donde comienza a enseñar y difundir este arte Kobido, al que se conoce también como Lifting Facial Japonés, Tratamiento neurosensorial, lifting sin cirugía o masaje facial Kobido.

La técnica del Kobido

En el Kobido se estimulan los nervios faciales, aumentando así la irrigación sanguínea y facilitando la elimación de toxinas e impurezas (drenaje linfático).

Otro de sus objetivos es relajar la musculatura del rostro ya que cuando existe tensión muscular hay una mayor predisposición a la formación de arrugas.

Como podéis ver en el vídeo, en esta técnica se combinan movimientos precisos con técnicas de masaje profundo que trabajan la musculatura. Concretamente, el Kobido actúa sobre diciséis músculos faciales y varios puntos neurosensoriales a través de los cuales fluye nuestra energía vital. El resultado es un rostro más luminoso y una piel reafirmada.

A largo plazo, el Kobido es capaz de mejorar la apariencia de las arrugas ya existentes. Al aumentar el flujo sanguíneo, el Kobido facilita la llegada de nutrientes a la piel, estimulando la producción de colágeno y elastina dos sustancias que no sólo garantizan la firmeza y elasticidad de los tejidos, sino que tienen también un papel fundamental en los procesos de regeneración celular. En otras palabras, el Kobido nos rejuvenece desde el interior.

Muchos tratamientos estéticos combinan la eficacia del Kobido con las virtudes de la aromaterapia. De esta forma se favorece la relajación y el bienestar físico y mental.

El terapeuta que realiza el masaje debe crear un ambiente lo más tranquilo posible, con una buena iluminación, música y temperatura agradables.

Por lo general el masaje comienza por la nuca, para facilitar así la circulación de la sangre y la oxigenación de los tejidos. Luego se abarcan otras zonas del rostro y de la cabeza.

Para limpiar el cutis e hidratar la piel se deben utilizar aceites vegetales y esenciales. Con ello se consigue despertar el rostro en su totalidad revelando su belleza natural.

Beneficios del Kobido

El Kobido es adecuado para todo tipo de personas, hombres y mujeres que tengan alguna afección en la piel o deseen mejorar su aspecto. Sus beneficios no son sólo cosméticos. Los movimientos manuales que se realizan sobre rostro, cuello o cuero cabelludo, producen una sensación de relajación e incluso el alivio de ciertos dolores y molestias.

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El flujo sanguíneo transporta oxígeno a los tejidos, haciendo que la piel recupere la luminosidad perdida. Los nutrientes pueden llegar a las capas más superficiales de la epidermis favoreciendo así los procesos de regeneración celular. También se estimula a nivel profundo la producción de colágeno y elastina, mitigando la formación de arrugas y líneas de expresión.

Además el Kobido favorece la eliminación de toxinas, causantes muchas veces del daño celular que producen los radicales libres. Esto se consigue gracias a la estimulación manual que produce un drenaje linfático de los residuos de desecho.

El resultado es un rostro fresco, relajado y tonificado. Por eso en Europa se le conoce como «lifting japonés» o «lifting facial sin bisturí».

Algunas de sus ventajas:

  • Efecto relajante: el Kobido libera las contracturas del tejido muscular cuya tensión puede ocasionar la formación de arrugas.
  • Luminosidad: aumenta el flujo sanguíneo y la oxigenación de los tejidos, dando un aspecto saludable, fresco y juvenil a tu piel.
  • Antiaging: también incrementa el aporte de nutrientes hacia las células cutáneas, reparando las fibras de colágeno y elastina deterioradas, relentizando así los signos visibles del envejecimiento.
  • Desintoxicante: activa el sistema linfático, facilitando la expulsión de toxinas que ahogan la piel y provocan la formación de radicales libres.
  • Reafirmante: el Kobido también tonifica la musculatura facial, ayudando a prevenir la flacidez y la formación de arrugas. Por este motivo es popularmente conocido como «lifting facial japonés».

Junto a estos beneficios, el masaje Kobido también es de gran utilidad para las manchas de la edad, para la piel grasa o seca, para el acné, la migraña o el dolor de la articulación del ATM (temporomandibular). También es ideal para todo tipo de personas que tengan cualquier afección a la piel como la psoriasis, rosácea y principalmente el envejecimiento de la piel.

No se recomienda un intenso masaje Kobido a quienes se han sometido a cirugías estética faciales, porque poseen cicatrices muy externas e internas que no permiten un resultado ideal.