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La avena es uno de los ingredientes más apreciados en cosmética natural gracias a su aporte en vitamina E que rejuvenece la piel y a sus propiedades astringentes, siendo muy útil para regular el exceso de sebo.

Existen muchas fórmulas para incorporar la avena en nuestras mascarillas caseras. Dependiendo de los ingredientes con los que la combinemos, aumentaremos sus virtudes dermatológicas o la haremos más idónea para un determinado tipo de piel.

Mascarilla de avena para la piel normal

Necesitas:

  • Tres cucharadas de avena
  • Una cucharada de azúcar
  • Dos cucharadas de miel
  • El zumo de media naranja

Preparación: exprime el zumo de naranja y mézclalo con los demás ingredientes, removiendo hasta formar una pasta homogénea. Aplica la mascarilla sobre el cutis ya limpio y deja que actúe 15 minutos. Finalmente, retírala con agua tibia.

Mascarilla de avena para la piel grasa

La avena tiene propiedades astringentes y nos ayuda a mantener a raya la grasitud del rostro. ¿Quieres comprobarlo por ti misma?

Mezcla en un tazón una taza de harina de avena y media taza de leche de vaca. Remueve mucho hasta obtener una pasta sin grumos y aplícatela sobre cara y cuello dejando que actúe 15 minutos. Al terminar, retira todos los restos con agua fresca.

Mascarilla de avena para pieles secas o envejecidas

A pesar de que la avena tenga propiedades astringentes, si la mezclamos con los ingredientes adecuados, podemos elaborar también con ella mascarillas caseras para tratar la piel seca.

Mezcla en un bol tres cucharadas de avena previamente molida, una cucharada de mantequilla y dos cucharadas de aceite de almendras. Bate bien hasta que adquiera una consistencia untosa y cubre tu rostro con esta mascarilla dejando que actúe al menos 20 minutos para que la piel se humecte en profundidad. Transcurrido este tiempo, retira los restos con agua fresca y extiende tu hidratante habitual.

¿Te han gustado estas recetas? ¡Anímate a compartir con nosotros tus propias fórmulas!