El ejercicio físico es uno de los pilares de una vida saludable, pero por muchos beneficios que tenga, no siempre es buena idea salir a entrenar. En ciertas situaciones debemos detener la práctica de actividad deportiva para evitar males mayores.


Después de sufrir una lesión.

Ya sea un esguince, una tendinitis, un desgarro muscular o una dislocación de una articulación, debes detener el movimiento en cuanto sientas dolor y buscar atención médica. Respeta los tiempos de recuperación estipulados por los profesionales y realiza una vuelta gradual al ejercicio físico una vez que la lesión se haya curado por completo para evitar recaídas innecesarias.

Si tienes fiebre.

José María Cots, coordinador del Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) comenta que la fiebre es un mecanismo de defensa para combatir los procesos infecciosos del cuerpo y asegura que “no es bueno entrenar con fiebre, ya que no conseguiremos esa mejora en la infección ni permite aprovechar esos entrenamientos”.

Si has bebido alcohol.

El alcohol aumenta el riesgo de sufrir lesiones y perjudica la síntesis de las proteínas que intervienen en el aumento y la reparación muscular después de la actividad.

Si sufres dolor en la zona lumbar.

Hace años cuando un paciente tenía dolor lumbar se le recomendaba reposo absoluto. Hoy en día sabemos que esto puede llegar a ser contraproducente ya que provoca atrofia muscular en la zona dolorida, alargando los tiempos de recuperación. Con todo, conviene ser precavidas con el tipo de ejercicio a realizar. Lo más conveniente es comenzar con estiramientos suaves y movimientos de balanceo pélvico para recuperar la movilidad de la articulación sacro-ilíaca. Evita en todo caso los entrenamientos con cargas o los deportes de alta intensidad como el running.

Si no has dormido la noche anterior.

Un buen descanso es primordial para entrenar. Cuando estamos bajas de energía nuestro rendimiento es menor y además tenemos un riesgo más alto de sufrir una lesión, no sólo porque no nos hemos recuperado lo suficiente sino también porque podemos realizar movimientos fallidos.

Aunque te guste mucho el deporte, recuerda que la salud es lo primero y debes evitar hacer ejercicio en estas situaciones.