Si definitivamente el gimnasio no va contigo, siempre es posible cambiar las tablas por el parque, la pista de tenis o la piscina. Hacer deporte al aire libre engancha mucho, suele ser más económico y cuenta con el aliciente de que podemos variar nuestras rutinas e ir solas o acompañadas, según estemos de ánimo.


Elige una de estas actividades dependiendo de los resultados que busques y de tu condición física.

Caminar y correr

Caminar es uno de los ejercicios aeróbicos más completos y saludables que existen. En su realización intervienen gran cantidad de músculos, es relajante y ayuda a mejorar procesos metabólicos como la digestión. Tampoco requiere de un aprendizaje ni de un equipo especial. Su secreto es la constancia y la regularidad (30-45 minutos al día serán suficientes para mantener tu línea si comes de forma saludable).

En cambio. si lo que buscas es bajar de peso, correr es el ejercicio ideal para ti. En sólo 30 minutos puedes quemar hasta 350 kcal. Además acelera el metabolismo, aumenta la resistencia y la capacidad pulmonar, mejora el flujo sanguíneo y la flexibilidad del cuerpo y ayuda a aliviar tensiones.

Correr al aire libre consume un 5% más de recursos que hacerlo en una cinta caminadora. No es nada aburrido, pero si te cuesta animarte siempre puedes hacerlo en compañía.

Si vas a correr sola, lleva algo de tu música favorita en tu iPod y te será mucho más ameno.

No te olvides tampoco de comprar unas zapatillas deportivas especiales para correr. Evitan problemas en tobillos, rodillas o sobrecarga en la columna.

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Natación: quema calorías bajo el agua.

Es una actividad física de bajo impacto que aumenta nuestra resistencia y trabaja todos los grupos musculares. Además reduce el riesgo de lesiones en comparación con otro tipo de deportes y es apto para personas de cualquier edad.

Si no eres una buena nadadora, invierte en unas clases con profesor. Veinte minutos al día serán suficientes para manterte en forma nadando.
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Yoga: equilibra cuerpo y mente

No es simplemente un deporte sino una disciplina que abre los canales de energía que comunican cuerpo y mente. Entre sus beneficios están la mejora de la concentración y de la respiración abdominal, el fortalecimiento de los huesos y de las articulaciones y el alivio de las tensiones musculares de la espalda ya que «reeduca» la posición de la columna manteniéndola recta.

Para algunos enfermos de hipertensión, cáncer u obesidad, el yoga ha resultado ser una terapia de mucha utilidad porque combate el estrés y ayuda a relajarnos.

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Montar en bici: corazón sano y figura esbelta.

Montar en bici se ha puesto de moda en los barrios más hipster de todas las ciudades del mundo. Pero es mucho más que una moda: supone un fantástico ejercicio cardiovascular que fortalece nuestro corazón.

Pedalear involucra a grandes grupos musculares como los cuádriceps y los isquiotibiales, pero no ejerce una gran presión sobre las articulaciones por lo que puede considerarse un deporte de bajo impacto.

Según algunos estudios, una hora de bicicleta a buen ritmo nos hará quemar hasta 500 kcal. A partir de ese tiempo, nuestro cuerpo libera también endorfinas (más conocidas como «hormonas de la felicidad») y que producen una sensación de bienestar físico y emocional.

Lo que está fuera de toda duda es que «se nota» quién hace uso a menudo de su bicicleta ya sea porque se mantienen en forma como porque gozan de una buena salud.

Si estás dispuesto a engancharte a este sano deporte, tendrás que invertir dinero en un buen equipo (una buena bicicleta cuesta entre 300 y 3000 euros , por lo general cuanto más barata más pesada y de peor calidad), maillots, cascos y guantes.

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Tenis: adrenalina y diversión a tope

El tenis es un deporte muy divertido y emocionante. Ya para empezar, el hecho de tener un contrincante es todo un estímulo para que nos guste practicarlo pero existen otras razones: mejora la coordinación, aumenta la flexibilidad corporal, desarrolla la musculatura de piernas, brazos, abdominales y espalda, y es una de las actividades físicas que queman más calorías.

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