A veces llega la noche y tenemos más hambre de lo habitual, bien sea por causa de una jornada de actividad física agotadora o porque retrasamos demasiado la hora de la cena. Pensamos entonces en prepararnos algo contundente que sacie nuestro apetito. Sin embargo, los especialistas nos informan de que este hábito no es muy aconsejable para la salud. Hacer una «comida fuerte» antes de irnos a la cama puede producir malestar estomacal, pesadez e insomnio. Si estás intentando bajar de peso, debes saber que todo lo que se ingiere a partir de la tarde se «reserva» ya que el gasto metabólico es menor.


En definitiva, para mantener la línea y evitar que una indigestión te robe horas de sueño, deberías evitar estos alimentos a la cena:

  • Comida chatarra: pizzas, hamburguesas, patatas fritas… Sobrecargan en exceso nuestro estómago.
  • Carnes rojas: difíciles de digerir porque contienen muchas proteínas.
  • Demasiados carbohidratos o azúcares: pasta, cereales, bollería industrial… suponen un exceso de calorías que no quemamos durante las horas de sueño.
  • Cafeína: puede producir insomnio si abusamos de la cantidad.
  • Picantes: al igual que sucede con la cafeína, actúan como estimulantes naturales y pueden entorpecer el descanso.
  • Legumbres: si las comemos a la cena, suelen producir digestiones pesadas.

Te recomendamos también que trates de cenar al menos dos horas antes de ir a dormir, que evites los alimentos crudos y repetir raciones para que tus digestiones sean más ligeras. Si sufres de ansiedad e insomnio a menudo, toma una infusión o tisana relajante antes de meterte en la cama.