Hace algunos meses escribimos en el blog un artículo sobre la frutoterapia y sus beneficios para el cuidado de la piel: previene arrugas, contraresta los efectos nocivos de los radicales libres y fortalece las defensas naturales de la piel.

Hoy volveremos a retomar el tema de la frutoterapia, pero esta vez centrándonos no sólo en sus aplicaciones cosméticas sino también terapéuticas.

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¿Te gustaría ampliar tus conocimientos sobre esta terapia natural?

La aplicación terapéutica de las frutas no es nada nuevo, por supuesto. La Humanidad ha utilizado las frutas con fines medicinales desde el comienzo de su existencia. Sin embargo el término «frutoterapia» se popularizó con una serie de libros de Albert Ronald Morales que se convirtieron en Bestseller en todo el mundo. Contienen una serie de «recetas de la abuela» muy prácticas para el día a día. Sin duda te recomendamos su lectura.

Frutoterapia en cosmética

Utilizar frutas para el cuidado de la piel tiene numerosas ventajas en comparación con los productos industriales.

La forma más sencilla de hacerlo es en mascarillas o emplastos que debemos aplicar directamente sobre la piel después de haberlos elaborado. También podemos combinarlas con otros ingredientes empleados con frecuencia en cosmética natural como las arcillas, aceites vegetales y esenciales…

Si tenemos alguna afección dermatológica, las frutas y vegetales pueden ayudarnos a tratar nuestro problema.

  • Acné: fresa o limón
  • Celulitis: piña
  • Piel seca: plátano, aguacate
  • Arrugas: naranja, fresa
  • Bolsas y ojeras: pepino, patata
  • Manchas: limón

Frutas y verduras en la alimentación

Las frutas y vegetales son indispensables en nuestra dieta ya que aportan gran cantidad de vitaminas, antioxidantes, minerales, enzimas y otros nutrientes esenciales para la salud.

Algunas afecciones cutáneas tienen su origen en carencias del organismo. Una alimentación sana contribuye a sentirnos mejor, fortalecer nuestras defensas, prevenir enfermedades que afectan al sistema inmune, etc.

La verdura ligeramente cocida nos aporta gran cantidad de oligoelementos y alcaliniza nuestro organismo. Por otra parte, los vegetales crudos son una fuente de enzimas naturales y conservan todas sus propiedades intactas, sobre todo si los comemos recién cortados.

Algo similar podríamos decir en el caso de las frutas: desintoxican nuestro organismo y favorecen el funcionamiento del sistema digestivo. Pero dado que son ricas en azúcares simples, pueden descompensar los niveles de glucosa si abusamos de ellas. Lo mejor es comerlas con moderación, a la merienda o desayuno, acompañándolas de yogures, cereales o junto con otros vegetales crudos en deliciosos zumos depurativos ¡un auténtico cóctel de vitaminas!