Las cremas antiarrugas y antiedad son una de las formas más sencillas de luchar contra el envejecimiento cutáneo. Con todo, para sacar el máximo provecho a este producto, debemos seguir una serie de hábitos en el cuidado de la piel.

Marilyne Wojtowicz, responsable de formación de La Roche-Posay, explica que la primera etapa en todo cuidado de la piel es la limpieza, que puede hacerse de dos maneras: con leche desmaquillante o con agua micelar.

Para las que estamos acostumbradas a la leche desmaquillante, el agua micelar tarda un poco más en desmaquillar. Debemos dejar unos instantes el algodón humedecido sobre la zona a desmaquillar y luego secar sin frotar.

La leche desmaquillante tiene una textura cremosa. Podemos extenderla con la yema de los dedos y luego retirar los residuos con un algodón y aclarar. Al finalizar, se recomienda aplicar un tónico calmante o agua termal para cerrar los poros y evitar que se llenen de impurezas.

Debemos prestar especial atención en no aplicar la crema antiedad en el contorno de ojos ya que aquí la piel es más fina que en el resto del rostro. Deben emplearse productos específicos.

Sobre la piel limpia, el producto se absorberá en debidas condiciones y esto se reflejará en tu cutis de forma inmediata. De todas formas también existen otros truquitos para potenciar los resultados de la crema antiedad. Uno de ellos consiste en aplicar un sérum antes que la crema sobre rostro, cuello y escote. El sérum no es hidratante pero unido a los principios activos de la crema mejora mucho las condiciones de la piel. Ten en cuenta que tampoco es necesario aplicarse una gran cantidad de productos ya que la capacidad de absorción de los poros es limitada. Espera unos minutos tras aplicar el sérum y extiende la crema realizando un suave masaje con la yema de los dedos, haciendo movimientos circulares y ascendentes.

¿Te ha sido útil esta información? Te animamos a leer también nuestro artículo «¿Cómo elegir una crema antiedad?» para encontrar el producto que mejor responde a las necesidades específicas de tu cutis.