El masaje es una terapia holística con un doble beneficio: por un lado es útil para tratar ciertas afecciones físicas, pero también trabaja sobre la parte espiritual del ser humano, ayudando a conseguir la armonía interior.
Diferentes técnicas de masaje
Los métodos de masaje que se usan actualmente provienen de las técnicas de masaje sueco, alemán, francés, inglés, chino y japonés.
El sistema sueco de masajes se basa en los conceptos occidentales de la anatomía humana y usa técnicas tradicionales como rozamiento, amasamiento, fricciones, vibración y golpeteo. Se emplean movimientos que pueden ser lentos, suaves, vigorosos y tonificantes de acuerdo al problema que se tiene que tratar de corregir.
El sistema alemán de masaje hace uso de muchos de los movimientos suecos y a su vez emplea recursos como son los baños terapéuticos.
Los sistemas francés e inglés de masaje usan movimientos procedentes del sueco y a la vez incorporan masajes faciales y terapias de belleza.
La acupresión es una práctica tradicional oriental que busca mejorar el cuerpo físico y el espiritual regulando el Chi que es la fuerza vital de todo ser vivo.
El Shiatsu es el sistema japonés de masajes que se basa en ejercer presión con los dedos sobre determinados puntos energéticos del cuerpo y mediante ello fomenta la circulación sanguínea, estimula los nervios y mejora el metabolismo a la vez que alivia desordenes físicos.
Además de estos sistemas de masajes existen otros más específicos como es el caso del masaje deportivo que tiene como meta preparar al atleta para las competencias o mejorar su cuerpo después de la misma; la terapia de polaridad que se basa en el empleo de técnicas orientales y occidentales con ejercicios físicos y mentales; y el método Tranger que emplea ejercicios de movimiento llamados mentásticos, masajes y agitación de las partes del cuerpo.
También está el sistema de Rolfing que alinea los segmentos corporales mediante la manipulación de las fascias de los tejidos conectivos; o bien la Reflexología que es originaria de China y se enfoca en la estimulación de determinados puntos en el pie y las manos que se corresponden a sectores u órganos corporales.
Los movimientos en el masaje
Los movimientos en el masaje son las manipulaciones que se usan durante una sesión y estas tienen que ser combinadas entre sí para conseguir el objetivo estipulado. El masajista es capaz de regular la presión, frecuencia, intensidad, duración y dirección de cada uno de los movimientos.
Existe una clasificación de los diferentes movimientos en el masaje, como ser:
- Pases neurocutáneos: son los movimientos llamados peinados, roces digitales, dorsales y tecleos.
- Euffleurage: Son los movimientos que se usan para relajar o estimular el tejido, se trata de la maniobra más superficial en el masaje y consiste en movimientos suaves, lentos o ligeros que se efectúan con la palma de la mano. Cuando se lo hace en el abdomen siempre sigue el sentido de las agujas del reloj.
- Petrissage: son los amasamientos que se usan para reducir o descontracturar, estas maniobras trabajan sobre planos musculares profundos. Sus beneficios son el mejoramiento de la circulación venosa y linfática, la eliminación de desechos, vasodilatación, hiperemia e hipertermia, elongación de las fibras musculares, mayor recuperación en la fatiga muscular, ablandamiento de tejidos y eliminación de adherencias.
- Fricciones: estas pueden ser superficiales o profundas, se basan en el desplazamiento de la mano con una cierta presión logrando que se deslice el tejido celular subcutáneo sobre los planos musculares. La importancia de este movimiento es el desplazamiento de la piel en los planos más profundos.Las fricciones superficiales no generan ningún efecto sobre el retorno venoso, lo que hacen es actuar sobre los esteroreceptores de la piel generando una sedación. Se trata de maniobras muy relajantes que se pueden comparar con una caricia.En cambio, las fricciones profundas son hechas con mayor presión, lo que hacen es barrer las impurezas de la piel, aumentar la circulación venosa y linfática, generar hiperemia e hipertermia.
Las fricciones generan una vasodilatación, favorecen la eliminación de los desechos y la nutrición celular. Actúan de forma indirecta sobre los músculos pero ofrecen un importante beneficio como es la mejor y más rápida recuperación de la fatiga muscular, fomenta la secreción de las glándulas exocrinas y rompe las posibles adherencias que haya entre el tejido celular subcutáneo y el muscular.